Guionista de muchos de los mejores filmes de aventuras para adolescentes que vieron la luz durante la década de los ochenta, Chris Columbus es el responsable de que aquellos que crecimos en esos años todavía recordemos con nostalgia las trastadas de los Gremlins, las andanzas de ese genial grupo que constituían Los Goonies o los primeros pasos de Sherlock Holmes en El secreto de la pirámide.
Lo curioso es que, saltando una generación, la figura de Columbus será recordada igualmente por aquellos que en 2001 contaban con seis o siete años, ya que él fue el principal impulsor de que la Warner se hiciera con los derechos y pusiera en marcha una de las sagas más rentables de la historia del cine, la de Harry Potter, encargándose de la dirección de las dos primeras entregas, La piedra filosofal y La cámara secreta.
Con tan sólo dos filmes desde esta última, la olvidable adaptación del musical Rent y la simpática pero igualmente olvidable Te quiero Beth Cooper, han tenido que pasar ocho años para que, ahora de mano de la Fox, Columbus de el pistoletazo de salida a otra saga fantástica.
Adaptación de la novela publicada en España con el título de El Ladrón del Rayo. el filme trata la historia de un niño aparentemente normal que descubre que es el hijo de Poseidón y también descubre que su mejor amigo, Grover, es un sátiro. A partir de ahí, Percy y sus dos amigos recorrerán unos Estados Unidos plagados de monstruos mitológicos para poder encontrar el rayo de Zeus, ya que él es el máximo sospechoso de haberlo robado. Para probar que no ha sido así, el joven tendrá que enfrentarse a mil y un peligros, entre los que se cuenta la pérfida Medusa o el mismísimo Hades, dios del infierno.
