Cultura

Pérez-Reverte: "La España de hoy no es un mundo para Alatristes"

el 23 nov 2011 / 16:13 h.

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El académico y autor -que no literato, según remarca él mismo- Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1 951) hizo parada ayer en Sevilla para presentar su nuevo libro, El puente de los asesinos (Alfaguara), séptimo volumen de la saga de Las aventuras del Capitán Alatriste. En esta ocasión, el narrador Íñigo Balboa y Aguirre nos traslada a la Venecia de la Navidad de 1627, donde Diego Alatriste deberá salvar nuevamente el Imperio, por encargo de Felipe IV, a través de Quevedo.

Esta serie de aventuras inspirada en el Siglo de Oro, que ha vendido millones de ejemplares en todo el mundo, cumple con esta edición 15 años de vida, en los que tanto el autor como sus protagonistas han madurado, y no siempre para mejor. "Íñigo Balboa aún no ha llegado a ser cínico, aunque sí ha evolucionado, como lo he hecho yo", dijo el autor, que recordó que "el Arturo que empezó a escribir hace 15 años no es el mismo de hoy". "Tanto Íñigo como yo estamos cansados, pero como cualquier español medianamente lúcido que mire y se dé cuenta de que algo falla desde hace siglos en este país".

A su juicio, se trata de un "cansancio histórico" que arrastra España desde hace centurias y que ha sobrevivido a repúblicas y monarquías, aunque asegura que "existe la esperanza". "Cuando se juntan dos españoles, te das cuenta de que es imposible no querer al español, pero el problema es quienes los manejan".

Y si hay que buscar algún culpable, Pérez-Reverte apunta bien alto: "En el_Concilio de Trento en_España nos equivocamos de Dios. Hay países que están ahora a la cabeza porque apostaron por un Dios luterano, moderno, que permitía el progreso y los libros, mientras que los países latinos eligieron un Dios oscuro, reaccionario, de sacristía, un Dios que nos ha mantenido fuera de la modernidad mucho tiempo, y aún lo estamos pagando".

Pero no sólo es Dios el responsable para el_autor de best-seller como La tabla de Flandes, El club_Dumas o La carta esférica._Además apunta a la propia naturaleza del español. "Somos un pueblo muy difícil, un país que nunca ha llegado a cuajar del todo, hecho de pueblos distintos y malavenidos, con mucho rencor histórico, mucha mala leche, con una guerra civil de ocho siglos entre moros y cristianos, una situación difícil de resolver, que sólo se arreglaría con educación y cultura". Sin embargo, estas dos materias "siempre está en manos de los mismos, de ministros incultos y analfabetos, que tienen miedo a ser otra cosa que demagogos".

educación desmantelada. Y de esta crítica, Pérez-Reverte no salva a izquierdas ni derechas. "Han estado muchas década despojando la educación española de aquello que era más necesario, y los que llegan de ahora van a seguir haciéndolo, porque ya fueron ministros antes y con ellos también se desmanteló la educación, así que no tengo gran esperanza de que esto cambie".  Sin embargo, hay antídoto, en su opinión, y se puede encontrar en las librerías._De hecho, creó Alatriste por ello, tras comprobar que en los libros de texto de su hija el Siglo de Oro pasaba inadvertido, "a pesar de que somos lo que somos porque en el XVI y XVII fuimos lo que fuimos". Su intención era mostrar aquella época "con lo bueno y lo malo, que se horrorizase con la Inquisición, pero al mismo tiempo se emocionara con un soneto de Cervantes o Quevedo". Un autor, este último, sobre el que dijo que debería estudiarse como asignatura. Por último, cuestionado sobre cómo sería Alatriste hoy, el autor considera que "la España de hoy no es un mundo de Alatristes", un personaje que no encajaría en esta sociedad, por su pasado y sus formas, pero al que "no se debe juzgar con los valores del presente"._"Hoy sería un inadaptado social".  "Hoy Alatriste viaja en metro y autobús, es ese hombre o mujer que trabaja con dignidad, conciencia y vergüenza, que intentan ser honrados y decentes, aunque estén rodados de golfería y poca vergüenza".

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