Desde que tuvo que dejar su país a escondidas vive entre Londres, París y El Cairo. Ha dejado su trabajo como funcionaria de Naciones Unidas para luchar contra el maltratado a los derechos humanos en su país, fundamentalmente los que afectan a la mujer. Ayer, en su primer viaje a España, pasó unas horas en Sevilla en su camino hacia Cádiz, donde pronunció una conferencia organizada por la Asociación de la Prensa.