Economía

Persán invertirá 95 millones y abrirá una nueva fábrica en el extranjero

El primer fabricante nacional de productos de limpieza para el hogar, el grupo sevillano Persán, prevé invertir 95 millones en tres años para aumentar su productividad y entrar en nuevos mercados. Foto: Juanma Rodríguez.

el 14 sep 2009 / 23:38 h.

El primer fabricante nacional de productos de limpieza para el hogar, el grupo sevillano Persán, prevé invertir 95 millones en tres años para aumentar su productividad y entrar en nuevos mercados. Además, la firma contempla la adquisición de compañías y el montaje de una fábrica en el exterior para seguir creciendo.

Después de capear una crisis que estuvo a punto de acabar con la actividad de la empresa hace varios años, Persán ha sido capaz de recuperarse y de mantener un ritmo de crecimiento que le permite afrontar nuevos retos.

En concreto, la empresa sevillana, que fabrica y comercializa productos de limpieza como Puntomatic o Flota, facturó 289 millones de euros durante 2007, lo que supuso un incremento del 20% con respecto al ejercicio anterior. "La razón de este crecimiento es hacer las cosas bien, y para ello es fundamental tener un equipo directivo eficiente", señaló ayer el presidente de Persán, José Moya, durante la visita del consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo, a la sede de la fábrica sevillana.

Gran parte de la culpa de este alto crecimiento se debe también al peso que las marcas blancas tienen dentro de las ventas de Persán. En torno al 50% de la producción de la sevillana se dirige hacia este apartado. Especial relevancia tiene en este caso Mercadona, ya que la cadena nacional de supermercados supone el 90% de la marca blanca que fabrica. Y el crecimiento de las ventas de los productos de la empresa valenciana es de en torno a un 13% anual. Asimismo, la firma tiene acuerdos con la cadena americana Walmart y con la británica Tesco.

Con este horizonte, y después de haber multiplicado por tres la producción en diez años, Persán quiere seguir aumentando su actividad y persigue la entrada en nuevos mercados. Para ello, invertirá en el próximo trienio unos 95 millones de euros, que serán independientes al capital necesario para abordar dos de sus principales objetivos antes de 2010: la adquisición de otras empresas y la apertura de una nueva fábrica en el exterior.

"En la actualidad estamos en un momento de búsqueda, ya que queremos comprar una firma que tenga la misma cultura que nosotros, y eso es complicado", indicó Moya, en referencia a la importancia que tiene dentro de Persán la política de contratación de personal -el 25% de la plantilla está formada por titulados superiores-. Además, la compra de otras firmas permitiría a la sevillana entrar en nuevas categorías de productos, como "la cosmética o el aseo personal".

En cuanto a la ubicación de la nueva fábrica, que le ayudaría a abordar más mercados, Moya no concretó el lugar, y aseguró que en estos momentos la empresa cuenta con diversas opciones que van desde potenciar el proyecto en países "menos desarrollados que España a los que lo están más". "Queremos que sea antes de 2010, aunque el lugar es una lotería", subrayó. Persán retoma así su aventura fabril internacional después del fiasco de su apuesta en Argentina, donde la crisis del país le pasó factura. En estos momentos cuenta con una comercializadora en el Reino Unido.

En la actualidad, Persán se configura como una empresa familiar, en la que la familia Moya-Yoldi posee el 83,36% del capital social y Cajasol, el resto del capital. Actualmente su plantilla es de 494 trabajadores y tiene una capacidad de producción de 460.000 toneladas al año. Asimismo, fabrica el 25% de todo el detergente líquido que se produce en España

Ampliación. El hecho de que la actividad de Persán se haya multiplicado por tres en diez años, hace que tenga "problemas de espacio". En cualquier caso, la compañía rechazó ayer la posibilidad de un cambio de ubicación "si logramos encontrar mayores terrenos para su ampliación". Según Moya, la actual situación está consensuada en el plan General de Ordenación Urbana (PGOU), donde se plantea el suelo en el que se sitúa la fábrica como de uso no residencial. En este sentido, Moya confió en "solucionar los problemas" con las administraciones pertinentes.

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