La Fiscalía de Sevilla reclama 25 años de prisión para un anciano de Utrera al que acusa de asesinar a su mujer de 14 puñaladas. Un jurado popular será el encargado de enjuiciar unos hechos que ocurrieron el 4 de mayo de 2007 en el domicilio de la pareja, en la barriada Madres Carmelitas.
En apariencia eran un matrimonio sin problemas entre ellos. Nunca hubo una denuncia de malos tratos por parte de la víctima contra su marido. Lo único que los vecinos y familiares apuntaron el día del trágico suceso fue que él, de 79 años, sufría una fuerte de depresión, pero nadie esperaba que pudiera acabar con la vida de su esposa, de 83. Nada hacía presagiar que su vida se truncaría de aquella forma en la noche del 4 de mayo del año pasado.
Poco más de un año después, A.A.O. se enfrenta a los 25 años de prisión que reclama para él la Fiscalía de Sevilla, según informaron fuentes del ministerio público. Un jurado popular será el encargado de juzgarle en la Audiencia de Sevilla.
La pareja vivía en la barriada Madres Carmelitas y no tenía hijos. Los hechos sucedieron sobre las 21.30 horas en la sala de estar, donde se encontraba la mujer, C.G.O., descansando. De repente, y sin que mediara discusión alguna entre ambos, su marido supuestamente comenzó a asestarle puñaladas, hasta un total de 14, según explicaron en su día fuentes del caso. Las puñaladas le seccionaron la yugular y la tráquea, lo que le provocó, finalmente, la muerte.
Inmediatamente, el presunto agresor llamó por teléfono a sus sobrinos para alertarles de lo que había ocurrido. Rápidamente, éstos se personaron en su casa junto con algunos vecinos de la familia que alertaron a la Policía Local de Utrera y a la Guardia Civil que, al llegar al lugar de los hechos, detuvo al supuesto autor de los hechos.
Tras pasar a disposición judicial, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número de 2 de Utrera decretó su ingreso en prisión preventiva, donde permanece desde entonces. El presunto asesino declaró en el juzgado que mató a su mujer porque sabía que él iba a morir y no quería que ella sufriera.
El fiscal le acusa ahora de un delito de asesinato, para el que pide la pena máxima: 25 años de prisión, ya que considera que se produjo la agravante de parentesco y alevosía.
