Los padres de la niña, en una imagen de archivo tras el accidente por el que estuvo 26 días ingresada. / Jonathan Palanco
Por Laura Blanco / Rocío Velis La familia de una menor atropellada en septiembre de 2011 cuando se encontraba en el puesto de unos tíos en el mercadillo del Charcho de la Pava pide para el acusado, R.B. y actualmente en prisión preventiva, nueve años y medio de cárcel por cinco delitos de conducción temeraria, sin licencia, lesiones, omisión del deber de socorro y daños, además de 3.000 euros de multa y 104.159,29 euros de indemnización. La pequeña estuvo 26 días hospitalizada y 530 en tratamiento y, según la acusación particular, verá limitada enormemente su actividad física y las múltiples fracturas sufridas van a generarle alteraciones articulares degenerativas precoces. La Fiscalía presentó hace unos días petición de 3 años y 11 meses de cárcel por un delito contra la Seguridad Vila, otro de lesiones y omisión del deber de socorro.
En el escrito de acusación, el letrado de la familia, José Ignacio Francés, alega que el acusado embistió intencionadamente varios puestos tras mantener una fuerte discusión con uno de los comerciantes ubicado junto al puesto de bebidas que regentaba la familia de la pequeña, A.M.R, tras lo cual dio marcha atrás bruscamente, arrolló a la niña y, pese a los gritos de los testigos, aceleró para darse a la fuga pasando dos veces por debajo de la menor agravando las consecuencias del atropello y con un desprecio brutal contra la integridad física de los presentes.
Los hechos sucedieron el 25 de septiembre de 2011 cuando el acusado tuvo una discusión con el propietario de uno de los puestos tras la cual se subió al coche, embistió ese puesto y otros, en unas maniobras bruscas al grito, según testigos, de hoy tengo que matar a alguien y obligando a las personas que estaban alrededor a esquivar el automóvil para no ser arrolladas, según la acusación particular. A.M.R. no pudo esquivarlo y fue atropellada en una de sus maniobras marcha atrás que también provocó daños al puesto de sus familiares y, pese a los avisos de los testigos, incluso después de observar que había arrollado a una menor, y que se encontraba justo debajo del vehículo sin posibilidad alguna de salir de allí, lejos de deponer su actitud acelera para darse a la fuga del lugar, agravando las consecuencias de dicho atropello.
La acusación señala que R.B. no tenía carnet, se dio a la fuga en el momento y luego usó todos los medios a su alcance para sustraerse a la acción de la Justicia ya que no fue localizado hasta el pasado agosto en el norte de Europa tras emitirse una orden de búsqueda internacional. El acusado alega que desconocía los hechos, algo que la acusación ve imposible, y que fue a su país, Rumanía, a por mercancía para el mercadillo, pero nunca volvió.
