Un momento de la subasta solidaria en el Hotel Vértice.María del Carmen García Galindo no podía ocultar su emoción al hacerse con aquel cuadro del jarrón de flores que tanto le había gustado: "Me ha dado un pálpito. Me ha llamado la atención el colorido, pues me viene muy bien para un dormitorio de estilo clásico que acabo de poner", murmuraba entre las butacas de la sala del hotel Vértice de Sevilla Este. Por 100 euros, Mari Carmen se llevaba a casa una obra de arte y, de paso, contribuía a los programas de ayuda que desde hace 27 años viene realizando la asociación Entre Amigos

con los vecinos del Polígono Sur. Hasta 33 lienzos de distintas filosofías salieron ayer a subasta por una buena causa. Marinas, bodegones, paisajes y escenas costumbristas inmortalizadas a través de diversas técnicas (óleo, acuarela y mixta) por los pinceles de los miembros del taller de pintura de Pablo Lanuza con "un doble objetivo", como insistió el presidente de la entidad organizadora. "Con esta actividad buscamos visibilizar la asociación y su trabajo diario en el Polígono Sur, y también recaudar fondos para seguir con los proyectos de integración con mujeres, niños y mayores de esta zona tan desfavorecida

", detalló Luis Martín Velarde, responsable de este colectivo de artistas voluntarios. Y es que la idea era recaudar "entre 4.000 y 5.000 euros". El arte como salida. Una de las voluntarias había firmado la marina sobre la bahía de Cádiz, una obra por la que se llegó a ofrecer 250 euros en la subasta. La autora mostraba su sorpresa por el valor alcanzado: "No esperaba que fueran a pagar tanto. La verdad, hay compañeros que tienen cuadros mejores, pero qué cierto es aquello de que el gusto es incierto", confesó Consuelo Mejía, que recordaba con entusiasmo su procedencia: "Soy del Caribe, de República Dominicana, por eso me encantan tanto el mar y Cádiz, la ciudad más antigua de Europa". Ella es una de las profesoras del módulo de pintura y manualidades que se imparte entre las mujeres del Polígono Sur

, "las que mueven el mundo", como le gusta llamarlas. Consuelo señaló además que a diario llegan mujeres "que no han tenido infancia ni juventud" y que estos cursos suponen "un recreo" en sus sacrificadas vidas, "una excusa" para que a través del arte se canalicen las ayudas y se les haga un seguimiento familiar. "Entre pincelada y pincelada les ofrecemos la oportunidad de cambiar, de mejorar, porque es una barriada muy especial, en la que hay que potenciar más ese otro ala donde hay psicólogas y antropólogas y que es muy digna". A lo que añadió que "todos tenemos un área de creatividad aunque seamos analfabetos".