Cultura

"Pintando" el alzheimer

Virginia Bersabé lleva cinco años retratando a ancianos que padecen esta enfermedad en óleos, dibujos y varios grafitis en cortijos abandonados próximos a Écija.

el 22 jun 2014 / 12:45 h.

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La pintora Virginia Bersabé (Córdoba, 1990) lleva cinco años retratando a ancianos que padecen alzheimer, a los que ha dedicado docenas de óleos, infinidad de dibujos y varios grafitis en muros de cortijos abandonados próximos a su ciudad, Écija (Sevilla). alzehimer-02"Tengo interés por la memoria y por la gente mayor, me preocupa que nos olvidemos de los mayores; para mí son muy importantes, porque me he criado con mi abuela María del Valle", ha dicho la artista sobre las motivaciones que le han llevado a centrarse en el asunto del alzheimer y a hacer de esta enfermedad el tema casi exclusivo de su creación artística. Su abuela María del Valle se ha convertido en su principal modelo durante estos años, en los que ha pasado muchas horas con ancianos -su madre trabaja en una residencia de ancianos-, de los que dice hacer aprendido "la paciencia" y "a disfrutar del tiempo; ellos saben disfrutar cada momento, y pueden dedicarte cuatro horas para tomarse un café contigo". El tema de su pintura ha causado extrañeza a la gente de su generación -"me preguntan que por qué pinto abuelas cuando puedo pintar jovencitas", ha explicado-, y desde hace tres años sólo retrata a ancianas. "Hay pocas mujeres que hayan pintado a mujeres; trato de elevarlas un poco, porque además de mujeres son mayores y a las personas mayores se les hace poco caso", una situación que, unida a una enfermedad como el alzheimer, que las desconecta del mundo y las incomunica, redunda en su olvido. alzehimerLa poética de Virginia Bersabé, pintora ambidiestra que pinta con ambas manos, es la de la cotidianeidad donde suele retratar a sus modelos, sentadas en sus mecedoras, en sus hogares, en sus patios y cocinas. Aunque en cortijos abandonados en las afueras de Écija ha hecho grafitis de hasta cuatro por cuatro metros con rostros de ancianos aquejados de alzheimer, últimamente, en sus lienzos, trata de "borrarles el rostro" porque sus modelos le interesan "como paisaje". Esta circunstancia es la que menos entienden sus modelos, algunas de las cuales le preguntan que si posan para ella por qué no les pinta la cara: "Tiendo a borrarles el rostro porque en cuanto metes un retrato en un cuadro, el interés se limita a ver quién es y si es fulanita". Su abuela María del Valle, que no padece alzheimer pero sí unas neuralgias que la incapacitan temporalmente, puso el grito en el cielo cuando le dijo que pretendía pintarla desnuda. "A mi abuela, que pintáramos a modelos desnudos en la Facultad ya le parecía una locura; pero con el tiempo ella misma se ha desnudado mentalmente" y, finalmente, ha accedido a posar de ese modo, con lo que la artista está ahora trabajando en dos óleos. Además de aprender de la paciencia que tienen, este trato continuado de cinco años con ancianos le ha permitido a la pintora "encontrar a muchas personalidades" y formas de relación alejadas de las de la gente de su edad: "Te reciben ofreciéndote un café y pastelitos". Si con 19 años empezó a fotografiar y a pintar a los primeros ancianos aquejados de alzheimer, con 16 hizo su primer grafiti -edad que considera avanzada para iniciarse en esa técnica-, lo que le ha llevado a plasmar los rostros del alzheimer en tapias de cortijos abandonados y en muros urbanos, pero, ha matizado, "pidiendo permiso". Virginia Bersabé celebra ahora su quinta exposición individual, y la primera en el extranjero, con treinta obras, en Argel, y también participa con una docena de obras en la tercera Bienal de Orán.

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