Cultura

Pitingo triunfa en el Potaje Gitano de Francisco Rivera

Prometía dejar buen sabor de bo- ca y así fue. El cartel de artistas y el homenajeado hicieron del Potaje Gitano una velada que, aunque fría y larga, el abarrotado patio del colegio salesiano Nuestra Señora del Carmen disfrutó hasta ponerse en pie. Más de medio siglo -la de 2009 ha sido la quincuagésima tercera edición- que este fin de semana volvió a poner en el punto de mira a una de las cunas del flamenco.

el 16 sep 2009 / 04:56 h.

SALVADOR CRIADO

Prometía dejar buen sabor de bo- ca y así fue. El cartel de artistas y el homenajeado hicieron del Potaje Gitano una velada que, aunque fría y larga, el abarrotado patio del colegio salesiano Nuestra Señora del Carmen disfrutó hasta ponerse en pie. Más de medio siglo -la de 2009 ha sido la quincuagésima tercera edición- que este fin de semana volvió a poner en el punto de mira a una de las cunas del flamenco.

La repercusión mediática de la figura de Francisco Rivera, junto al tirón que también despiertan Pitingo, Antonio Canales y La Macanita, hizo que el público respondiera. Sin duda, el protagonista indiscutible fue Antonio Manuel Álvarez Vélez, Pitingo, que dejó por un momento su Killing me softly para, acompañado por Juan Carmona a la guitarra, sorprender a los presentes con su lado más puro, teniendo incluso un recuerdo por soleá para Fernanda de Utrera. Eso sí, su fin de fiesta fue al ritmo de sus soulerías, llevando incluso el famoso Yesterday por sones aflamencados.

Ovación cerrada la que obtuvo este artista onubense que compartió cartel con los compases flamencos de Jerez, que llegaron de la mano de La Macanita; y con el baile de Antonio Canales, premio Nacional de Danza que ambientó el escenario cuando las temperaturas bajaban ya de madrugada. Arte indiscutible el de este sevillano, que incluso se atrevió y cantó bulerías a capella.

Fueron tres primeras figuras las que acompañaron uno de los momentos más destacados: el homenaje que el Potaje Gitano rindió a la dinastía Rivera Ordóñez, en la persona de Francisco -su hermano Cayetano no acudió. El cantante Rafa Serna, amigo del matador y mantenedor del acto, hizo un repaso por la vida de esta importante familia torera y tuvo cariñosas palabras para todos..

Y Rivera se fue cargado: Cruzcampo -patrocinadora del evento- le hizo entrega de una réplica de la Cruz del Campo de Sevilla; y el alcalde, Francisco Jiménez, recordó que "la fiesta, tal y como se conoce hoy día, comenzó en Utrera en el siglo XVI, ya que con motivo de la feria de Consolación empezaron a celebrarse los festejos taurinos". De todos, el ofrecimiento más importante fue del hermano mayor de la Hermandad de Los Gitanos, Manuel Peña, obsequiando a Rivera con el símbolo del festival en bronce. Ante tanto parabién, el homenajeado aseguró estar "feliz" porque "nunca pensé conseguir tanto", y "de aquí, además de todos estos obsequios, me llevo el corazón lleno, por el buen trato y el cariño que todos me habéis dado".

Pero no fue el único acto de la jornada. El Instituto de Cultura Gitana, perteneciente al Ministerio de Cultura, llegó a la ciudad para presentarse públicamente. Su director, Diego Fernández Jiménez, destacó la relación entre Utrera y el mundo calé. Tras el intercambio de regalos entre la entidad y el Ayuntamiento utrerano, pudo escucharse el himno internacional gitano, Gelem, Gelem, con la voz acompañada por el piano, la guitarra y la trompeta.

Pero hubo más arte. Aderezado por la presentación de Luis El Marquesito, también pudo escucharse y verse el arte que desprendieron tres artistas utreranos como Tomás de Perrate, Manuel de Angustias y Jesús de la Frasquita; completaron la noche, ya a altas horas, la actuación de La Tana, Mari Peña, Herminia Borja, María Vizárraga, Fabiola Pérez y el baile de Carmen Ledesma.

Fue, un año más, una velada con arte, aunque con las habituales dificultades de trabajo a las que la organización tiene acostumbrada a la prensa. Una velada fría en la que el tradicional potaje ayudó a entrar en calor.

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