Los trabajadores que reparten por las casas las cartas oficiales del Ayuntamiento trabajarán una hora más cada día para desatascar la bolsa de 5.000 notificaciones atrasadas. Se cubrirán, además, las tres bajas que existen en una plantilla de nueve empleados. El plan de productividad acordado con los sindicatos durará hasta diciembre.
Los notificadores han recibido como "buena, aunque insuficiente", la solución acordada con el concejal de Recursos Humanos, Alfonso Mir, ya que siguen considerando que "lo que hace falta es crear empleo, porque la plantilla de trabajadores es muy pequeña para el volumen de notificaciones", según consideró su delegado sindical, José Antonio Moreno.
De ahí que se haya acumulado semejante volumen de atraso, con cartas que llevan hasta seis meses aguardando en los despachos del servicio, lo que en la práctica puede suponer que cuando la carta llegue, la información ya esté desfasada. Las multas, por ejemplo, deben entregarse en un plazo máximo de dos meses, y de no hacerlo prescriben y ya no pueden cobrarse.
El Ayuntamiento, por su parte, admite que es necesario salir del actual atasco con medidas especiales, pero advierte de que hasta que no se normalice la situación no es razonable valorar qué aumento de plantilla hará falta, si es que hace, para que no vuelvan a acumularse cartas. Por eso se aguardará hasta el final del plan de productividad, en diciembre, para calcular los posibles refuerzos en el servicio, según el concejal Alfonso Mir.
El pacto, negociado a lo largo de esta semana y que comenzará a aplicarse el 1 de abril, prevé que los trabajadores del servicio que debe entregar en mano todas las notificaciones oficiales del Consistorio, como licencias de apertura, multas por incumplir las ordenanzas municipales -todas las sanciones excepto las de tráfico- o comunicaciones del cementerio o cualquier otro servicio público municipal, trabajen una hora diaria más.
Será en principio de siete a ocho de la mañana, para luego realizar su jornada habitual de ocho a tres. Sin embargo, un día a la semana esa hora extra se hará por las tardes, según las necesidades del servicio, ya que la plantilla se quejaba de que muchas personas no están nunca en sus casas por las mañanas y, aunque acudan varios días, es imposible entregarles la comunicación. La ley les obliga a volver a intentarlo en el plazo de tres días, pero a una hora distinta, si en su primera visita no localizan al destinatario.
En esta hora extra, los trabajadores entregarán exclusivamente las notificaciones atrasadas, un mínimo de cinco por persona y día, y se pagarán según los cánones municipales, a 18 euros. Pero si se superaran esas cinco cartas, cada una de más que se entregue se pagará a 3 euros, explicó Mir. El pacto al que se ha llegado con los trabajadores deberá ser ratificado ahora por la Junta de Gobierno.
El plan de productividad concluirá el 31 de diciembre. En grandes números, si cada uno de los seis trabajadores en activo -tres están de baja por enfermedad, dos desde hace meses- realizase sus cinco notificaciones diarias, para acabar con las 5.000 que están atoradas bastarían 33 semanas, y el plan de choque abarca 40, por lo que tendría que bastar para quedarse a cero.
En ese periodo también se "intentará", confirman ambas partes, cubrir las bajas por enfermedad, por lo que el ritmo de trabajo debería ser más ágil. Esos trabajadores, según Mir, también podrían acogerse al plan de productividad si quisieran.
Será a final de año, cuando se espera que el trabajo esté al día, cuando se plantee si las necesidades del servicio exigen que se contrate a más personal o no, insiste Mir, ya con cargo a los presupuestos de 2009.