Rocío Márquez, ayer durante la rueda de prensa ofrecida en el marco de la Bienal. / Antonio Acedo
Rocío Márquez, onubense de 1985, regresa este domingo a la Bienal Teatro Central, 23.00 colgando el cartel de no hay billetes para rendir homenaje a El Niño, que no es el chaval ese de ojos azules que aparece estos días en las carteleras del cine, sino el añorado José Tejada Martín, Pepe Marchena, leyenda flamenca «y gran creador de cantes» en opinión de la artista.
El repertorio, que quedará recogido en un disco que verá la luz el próximo día 24 en el sello Universal, refleja la idea de Márquez de que «Pepe Marchena significa para mí libertad. Lo clásico en él es solo un punto de partida. Por eso tiene también su parte más contemporánea, porque no tenía miedo de nada. Además, escucharlo con atención me ha ayudado a entender a otros grandes cantaores».
Es también por este motivo que la artista ha contado con la producción de Faustino Núñez, pero la segunda parte, inspirada en la vertiente más creativa del maestro y de corte más abierto, viene producida por Raúl Fernández Refree. La propuesta estética y cohesión conceptual del disco estarán supervisadas por Pedro G. Romero.
«Entiendo este disco como un punto y aparte en mi carrera», comenta Márquez. «He contado con estos grandes apoyos, y al mismo tiempo siento que he conservado mi personalidad. El anterior álbum, Claridad, era más cercano a mi infancia. En este suena todo mucho más maduro».
El porqué de la elección de una figura tan imponente lo explica la onubense en estos términos: «Pepe Marchena se divertía cantando, no le preocupaba nada, y menos que nada esa pregunta que tanto nos coarta, ¿esto es flamenco? Ante esa cuestión, él se dejaba llevar».
Granaína del revés, guajira, fandangos, punto y milonga, taranta, el Romance a Córdoba, seguiriya, colombiana una de las genuinas creaciones del homenajeado, canción soneto, canción colonial y saeta son los palos anunciados para este espectáculo, que cuenta con Pepe Habichuela quien acompañó al propio Marchena en varias ocasiones y Manuel Herrera a las guitarras, Raúl Rodríguez al tres cubano, RaúlCantizano a la guitarra eléctrica, Antonio Montiel a la batería y las percusiones, y Niño de Elche y los Mellis al cante.
Cuando se le pregunta por qué ha preferido no recurrir al baile en esta propuesta, Márquez responde que «lo pensé, atendiendo a los momentos en que Marchena recurría al baile. Pero plasmar todo su universo en un espectáculo es imposible», asevera.
Asimismo, la cantaora desvela que en la parte más contemporánea del montaje echa mano de textos de poetas como William Shakespeare, Juan Ramón Jiménez o Mario Benedetti. Y hasta se atreve con algunos experimentos más o menos audaces, como el de la granaína, donde la guitarra interpreta la melodía del cante y su voz hace la de la guitarra.
Menos claro está que lleve consigo cierto acompañamiento audiovisual concebido para la ocasión. «Lo tengo todo preparado e igual me da el domingo por llevármelo al Central, pero me parece que no», dice.
