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Plaza de España: 80 años en el objetivo

Aunque no fue el escenario de los juegos deportivos de la Expo del 29, como estaba previsto, sí ha sido el cuartel general del ejército británico en el Cairo (Lawrence de Arabia) y el planeta Naboo (la Guerra de las Galaxias) en la gran pantalla. En plena restauración, la Plaza de España de Aníbal González cumple hoy 80 años.

el 16 sep 2009 / 02:26 h.

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Los mismos años que han pasado desde la inauguración de la Exposición Iberoamericana de 1929. La puesta de largo, el 9 de mayo, tuvo como padrinos a Alfonso XIII y Victoria Eugenia. Todo un acontecimiento para una ciudad que vivió una transformación dirigida por el maestro del regionalismo. Eso sí, el 80 cumpleaños se celebra entre vallas y cajones de obra porque, si polémica fue su construcción (se tardaron 15 años), más lo está siendo su rehabilitación.

Ayer, la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Sevilla celebró una jornada con motivo del 80 aniversario de la inauguración de la Expo del 29. Uno de los nietos de Aníbal González (Sevilla, 1876-1929), Aníbal González Serrano, desgranó su vida y obra, el profesor José María Cabeza departió sobre el papel de los aparejadores en la muestra iberoamericana y se presentó un estudio sobre el estado actual de las cimentaciones de las torres de la Plaza de España. El catedrático Antonio Jaramillo fue tajante al exigir una intervención profunda en la torre Sur y al cuestionar los trabajos para reforzar la del Norte (apuntalada desde hace años), ahora en manos de Ferrovial.

La plaza se proyectó para albergar grandes concentraciones, disciplinas atléticas y juegos deportivos, como el remo, que se practicaría en la ría. Pero este sentido quedó desvirtuado cuando Vicente Traver, años más tarde, colocó la fuente central en contra del criterio de Aníbal González. Eso sí, la construcción absorbió la crisis de mano de obra (similar a la actual) al emplear a más de mil obreros.

El padre del monumento, Aníbal González, no pudo terminar las torres y vivió sus últimos años de vida inmerso en una gran polémica; de hecho, dimitió tres años antes de su inauguración. Ese día, 9 de mayo, su hermano Cayetano se lo llevó a Aracena para que no sufriera. Murió 22 días después. Se cuestionó la altura de sus dos atalayas porque competirían con la Giralda -la Academia de las Bellas Artes las consideró "costosas, innecesarias y poco bellas"-, se impusieron infinidad de cambios y se emitió un informe negativo de la ría. En su tortuoso camino se produjeron crisis internas en el Gobierno local, el comité ejecutivo y la llamada Comisaría Regia, retrasos y obstáculos administrativos. Nada que no siga ocurriendo en el siglo XXI. Basta con echar un vistazo a la actualidad urbanística (las críticas al rascacielos de Cajasol, los retrasos del Metro o del cuestionado proyecto de la Encarnación).

El pasado 10 de febrero, el Ayuntamiento presentó un plan integral, con 12 millones de euros. Con él se pone fin a la descoordinación entre Estado-Junta y Consistorio (los tres con competencias en el monumento) y a la polémica por las escuelas taller, lo que acabó dilapidando la recuperación, lenta, de una plaza que atrae cada día a miles de turistas.

A finales de 2010 -antes de las próximas elecciones locales- tendrá que estar todo listo: desde la la balaustrada a la ría, las nuevas tiendas de artículos de recuerdo, el monumento de las Razas y la novedosa peatonalización de la avenida de Isabel la Católica. Un ambicioso proyecto que llega con dos años de retraso. El protocolo de colaboración Junta-Ayuntamiento se firmó el 22 de enero de 2007.

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