Cofradías

Plenitud bajo un cielo plomizo

Las nueve cofradías del Lunes Santo cumplimentaron sus estaciones en un día metido en nubes y bajo amenaza de llovizna.

el 25 mar 2013 / 23:52 h.

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Y el cielo se apiadó del Lunes Santo. La de ayer fue una jornada metida en nubes, que amaneció muy incierta. Día de cielos grises y amenazantes y noche de candelerías apagadas y abrigos. Pero pleno, al fin, de cofradías. Sevilla 24 03 2012: Hdad de SAn GonzaloFOTO:J.M.PAISANO San Gonzalo cruza el puente de Triana. / J.M.Espino (ATESE) ¡Cuántas ganas había de que el barrio del Polígono de San Pablo presentara de nuevo sus credenciales cofradieras en el corazón de la ciudad! Poco importó que chispeara levemente a la salida del palio. Asumiendo ciertos riesgos, la hermandad puso bien temprano rumbo firme a la Sevilla intramuros. Cuatro años después, al fin la corporación trinitaria arribaba a la Catedral, mucho más madura, más consolidada y crecida en sus filas nazarenas que cuando en 2008 fuera recibida con aplausos por la Campana en su bautismo procesional. Mucho ha llovido desde entonces y bien saben de ellos los hermanos del Polígono, un cortejo germinado en los impersonales bloques de cemento situados más allá de Kansas City, con indudables guiños macarenos en su estética y una banda sonora con sabor a Triana. Los sevillanos pudieron distraerse con los múltiples detalles que encierran las andas del paso de misterio y recrearse en la singularísima e hipnótica belleza de la Virgen del Rosario, a la que su barrio, puntada a puntada, ya ha comenzado a bordarle un nuevo paso de palio. Sólo un pero: demasiados nazarenos dispersos por bares y veladores del entorno de la Alfalfa. Curiosidades de la Semana Santa de 2013. Los tuiteros pudieron seguir ayer al detalle la situación de los pasos de La Redención a través de la cuenta oficial de twitter de la hermandad. El uso de las redes sociales no es más que una metáfora de la pujanza que demuestra esta corporación desde hace más de una década, con casi 1.200 nazarenos en su cortejo, con cada vez más incondicionales en las calles y con un esmerado trabajo de las cuadrillas de ambos pasos. Si a ello se le suma el cuidado en los detalles de Pepe Aguilar, el vestidor de la Virgen, no es de extrañar que la corporación de la calle Santiago acapare de un tiempo a esta parte, por méritos propios, buena parte de los focos de esta jornada procesional. Impresionantes, como de costumbre, los andares del misterio y la conjunción con la agrupación musical de la hermandad. Adornado su paso con unas llamativas rosas de color malva (amén de bouvardias blancas e hipericum), la Virgen del Rocío, con la saya morada, estrenó un tocado realizado con dos cuellos de encaje de Bruselas tipo duquesa. La romería más universal de la Baja Andalucía y la Semana Santa sevillana volvieron a unirse ayer bajo una misma advocación: se cumplían 50 años del nombramiento de la Hermandad Matriz de Almonte como hermano mayor honorario de la corporación, una alianza sellada ayer con el estreno de un Mediatrix presidido por la imagen de la Reina marismeña. Con la misma templanza y valentía que su hermana del Polígono de San Pablo, a la cofradía de Santa Genoveva también le tocó decidir bien temprano si desafiaba los inciertos pronósticos que auguraban un 70% de lloviznas ocasionales hasta las 19.00 horas. La decisión de la junta de gobierno fue unánime. “Vamos p’alante y que sea lo que el Señor quiera”. Y el Cautivo, esta vez, sí quiso darse a su barrio y hacerse un peregrino más en esta hégira anual que emprenden camino del primer templo metropolitano sus nazarenos albinegros de escudo mercedario al pecho. Recuerdo emocionado de los hermanos Villanueva, Carlos y Manuel, a su madre, fallecida en la semana de Pasión. Y suma elegancia la del palio de las Mercedes, dolorosa que ayer lució un llamativo fajín hebraico. No sin unos cuantos minutos de suspense que se hicieron eternos, la austera Cruz de Guía de Santa Marta franqueaba las puertas de la parroquia. Desde su primera salida procesional (y con la de ayer van 60) la corporación de San Andrés mantiene la tradición de que un coro, acompañado de las notas de un órgano, entone cánticos penitenciales desde el presbiterio del templo mientras el enlutado cortejo de nazarenos se dispersa por el entramado de calles de la feligresía camino de la Campana. Se cumplen 25 años de las hermanas nazarenas en esta corporación, efemérides que se recuerda con una oración en la misa matutina. En total, 900 nazarenos distribuidos en 11 tramos de luz y cuatro de cruces acompañaron ayer al conmovedor misterio del Traslado al Sepulcro, dispuesto sobre una generosa y rebosante alfombra de lirios. Manigueteros con túnica de terciopelo. Suena el tercer golpe de martillo. Tiembla la diadema de la santa en la levantá. Villanueva pide “venga de frente”. La estela dorada del misterio discurre presurosa. Unos pocos segundos para atrapar en la memoria una estampa que vale un Lunes Santo. La heroicidad de la jornada la protagonizó la hermandad de San Gonzalo. La incertidumbre en torno a su salida provocó que el nombre de la cofradía del Barrio Léon alcanzara a ser trending topic nacional. Después de pensárselo mucho, el blanco alud de los nazarenos de San Gonzalo empezó a extenderse por las calles de Triana la honda casi una hora y 45 minutos después de su horario oficial de salida. Al misterio del Soberano Poder, esta vez con túnica lisa, le tocaba andar con paso largo y compás abierto para recuperar el tiempo perdido, lo que no evitó que su cuadrilla desplegara con maestría a su llegada a la Campana toda esa asombrosa coreografía de cambios, movimientos y mecidas que parecen ideados para amoldarse a cada pentagrama de las marchas que desgrana las Cigarreras. Cómo refulge en la noche el dorado de este tribunal. Elegantísimo el palio de la Virgen de la Salud con Pasan los Campanilleros en la plaza de la Campana. Vera-Cruz pudo realizar ayer la estación de penitencia en su modalidad más convencional, con sus dos pasos (la otra, desde hace 15 días, ya está recogida en Reglas). Pocas cofradías han experimentado una mayor evolución estética en tan corto espacio de tiempo que ésta que llega desde la capilla del Dulce Nombre de Jesús. La renovación de sus insignias, la acertada incorporación de la capilla musical al coro de voces en el paso del Crucificado y, sobre todo, la naturalidad y sencillez con la que se nos presenta en sus Tristezas esa María de Nazaret desde su sobrio palio de cajón han hecho de esta cofradía una de esas valiosas joyas rescatada de Semanas Santas pretéritas. Precisamente, en la búsqueda de esa sobriedad y sencillez de los palios decimonónicos y de principios del XX, el paso de las Tristezas prescindió ayer, después de 24 años, de sus tradicionales lirios blancos para mostrar un exorno floral de rosas, todo ello con el fin de reducir el tamaño de las jarras y el friso y realzar aún más la visión de la verdadera protagonista. Nunca la cofradía de Las Penas en su ya larga historia se había quedado dos años seguidos sin salir. Y ayer tampoco se quebró esa curiosa estadística. El Nazareno de las Penas lució la nueva túnica burdeos bordada en el taller malagueño de Salvador Aguilar y Manuel Mendoza, uno de esos estrenos que habían quedado inéditos el año pasado. En su afán por adelantar la entrada en su templo, la cofradía de la parroquia de San Vicente alteró su recorrido tradicional para hacer una doble Campana. Las únicas aguas de este Lunes Santo llegaron del Arenal. Y con ella la primera banda, Tres Caídas, que en una misma jornada pasa dos veces por Carrera Oficial. La cofradía sigue formando en las Atarazanas, donde ayer muchos nazarenos a cara descubierta padecieron los efectos de una sobreexposición en la tele pública. Exornado con exuberantes esquinas y jarras de gladiolos, el palio de Guadalupe presentaba una estética muy similar a la de sus primeras salidas desde la iglesia de San Bartolomé. Cuando la Cruz de Guía del Museo pide la venia en el palquillo de la Campana el retraso acumulado alcanza ya la media hora. Con esa nueva piel decimonónica que le han conseguido rescatar en las instalaciones del IAPH, el Crucificado serpenteante de la Expiración se yergue este año sobre un monte de lirios, un exorno que este paso no lucía desde su participación en el Santo Entierro Grande de 1992. Los compases de la marcha Expiración acompañan sus primeros movimientos en el interior de la capilla. A pesar de cerrar la jornada, la decana del Lunes Santo presume de una amplia cantera de monaguillos: hasta 160 niños ayer entre los dos pasos. Latirus y narcisos componen el adorno del palio de las Aguas. Es hora de soñar con otra jornada plena.

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