Parado de la construcción con mujer limpiadora e hijos menores constituyen el nuevo prototipo de la pobreza en España, según los datos reunidos por Cáritas en función de las "cientos de solicitudes" de ayuda económica que tienen sobre la mesa sus servicios asistenciales en estos momentos. La crisis económica ha hecho mella en este tipo de familias que en los últimos años se embarcaron en la compra de una vivienda al ver que la mensualidad les salía como un alquiler y que ahora se enfrentan a la subida de los intereses, al paro de alguno de sus miembros y al incremento generalizado de los precios, desde la alimentación hasta el vestido y el calzado. Son tanto inmigrantes como españoles los que se hallan en esta situación, aunque los responsables de Cáritas entienden que éstos tienen más salidas porque pueden contar con el apoyo familiar del que carecen aquéllos. Lo preocupante es que la gente acude cuando ya ha acumulado deudas importantes, tres o cuatro meses de hipoteca o de alquiler, y las cantidades tan elevadas de dinero que necesitan hacen tambalearse el futuro asistencial de la organización. ¿Cuánto más podrán aguantar? ¿Hasta cuándo podrán ayudar a quienes acuden a ellos? Téngase en cuenta que los fondos de Cáritas provienen de las donaciones de particulares, y que también los donantes sufren los efectos de la crisis y pueden contribuir con menos. En esta tesitura, y con independencia de las medidas de reactivación económica que el Gobierno ponga en marcha con efectos a medio o largo plazo, es imprescindible arbitrar de inmediato mecanismos de ayuda más allá de la beneficencia que sirvan para que muchas de estas familias superen el bache y puedan salir adelante. Si el excesivo endeudamiento de las familias se ha visto desde hace meses como el principal riesgo económico del país, deberían estudiarse cualesquiera formas urgentes de aplazamiento que salven de la ruina a las economías modestas.
