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Pobreza hasta en el lecho

En el taller de los Seco-Velasco se ejecuta la urna de latón de la nueva beata

el 27 ago 2010 / 18:17 h.

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erónimo Seco-Velasco muestra una de las molduras que revestirán la urna de Madre María de la Purísima.

Será una cosa humilde, sencilla, en la línea de austeridad que marcan las reglas de la Congregación de las Hermanas de la Cruz. En el taller de orfebrería de la familia Seco-Velasco, en la calle Francisco Meneses, va tomando forma la urna donde descansará definitivamente el cuerpo de la nueva beata de Sevilla, Madre María de la Purísima, cuyos restos mortales serán trasladados en vísperas de su beatificación desde la cripta del convento -lugar donde han reposado desde su muerte en octubre de 1998- a la capilla de Santa Ángela de la Cruz, donde a partir del 18 de septiembre la Sierva de Dios podrá ser venerada por los fieles y recibir culto público.


Aunque de momento no se han suspendido las visitas a la estancia donde reposa el cuerpo incorrupto de la Madre fundadora, la capilla de Santa Ángela de la Cruz se encuentra en obras desde el pasado mes de julio para dar cobijo en ella a los restos de su séptima sucesora. Los centenares de devotos que a diario acuden al convento de Santa Ángela de la Cruz habrán reparado en que la pequeña imagen de la Virgen de la Salud que preside este espacio ha sido retirada del altar y que la urna de la Madre fundadora se encuentra protegida con plásticos transparentes para preservarla del polvo y la suciedad. Las misas en esta capilla se han suspendido y el Sagrario ha sido retirado.


Será en el testero derecho del altar donde reposen los restos de la que fue Madre General de la Congregación durante 22 años, entre 1977 y 1998. La urna de Madre María de la Purísima estará encastrada en la pared, medirá 1,98 metros de largo y seguirá la misma línea estética que la de Santa Ángela. "No es más rica, sino más sencilla que la de Santa Ángela. La fundadora es la fundadora y en el convento se le guarda un gran respeto", explica uno de los autores materiales de la obra, Jerónimo Seco-Velasco, quinto eslabón, junto a su hermano Manuel José, de una saga de artistas orfebres que durante décadas han dado lustre a la orfebrería sevillana.


Bajo la dirección del arquitecto Rafael Manzano, responsable de la construcción y decoración de la capilla en 1982, la urna de la nueva beata empieza a tomar forma en el taller de los Seco-Velasco. Ellos ya tienen sobrada experiencia, pues a esta saga de orfebres se debe también la ejecución en 1982 de la urna de Santa Ángela de la Cruz o la restauración de la urna del rey San Fernando de la Capilla Real de la Catedral.


En su ejecución no se emplearán materiales nobles. Latón y cristal. Sustentada sobre una pequeña base de mármol, encastrada en el muro, la urna apenas sobresaldrá unos 40 centímetros de la pared y su única decoración consistirá en unas molduras rematadas en las esquinas y en el centro por tres cabezas de querubines.


A diferencia de la fundadora de la congregación, el cuerpo de Madre María de la Purísima no está incorrupto, sino "momificado", explica el vicepostulador de la causa de beatificación y nuevo vicario general de la diócesis, Teodoro León, de ahí que no vaya a ser expuesto públicamente a los fieles. "Lo que verán los devotos a través del cristal en el interior de la urna será el ataúd de madera donde reposan sus restos", señala Jerónimo Seco-Velasco.


Desde hace semanas un grupo de forenses españoles y de Roma procede a tratar el cuerpo de Madre María de la Purísima para desinfectarlo por completo, extraer las reliquias con vistas a su beatificación y detener, en la medida de lo posible, el proceso de putrefacción para conservar sus restos. "Aún les queda una tercera fase".
Se han obtenido reliquias "de los dedos de las manos y de los pies" de la futura beata que irán a parar a las casas de la congregación. Desde el día siguiente a su beatificación, la nueva beata podrá ya recibir culto público en la misma capilla que su fundadora.

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