Luis Oliver asegura que el Betis "no está para tirar nada" y Pepe Mel repite que "no" va a echar "ninguna competición a la basura", pero el entrenador verdiblanco también recuerda que "la propia Federación es la primera que no da valor" al torneo del KO. "No entiendo que sea a partido único ahora pero no cuando entren los buenos. Es una competición para que a la final lleguen equipos de primer nivel", lamentó ayer. Con esa motivación tan escasa, con muchas bajas, con la incapacidad de alinear en el once a más de cuatro chavales de filial y, por tanto, con la obligación de no variar el equipo tanto como le habría gustado en pro del descanso de sus titulares recibe el Betis al Salamanca en su debut en la competición.
El Betis dijo hola y adiós a la última edición de la Copa en un encuentro así, el primero del torneo (1-2 con el Córdoba). A Mel no le gustaría repetir la historia, pero ya advirtió ayer que de poco le vale superar rondas si luego le toca un rival importante de Primera y no tiene el "aliciente" de poder eliminarlo a un solo partido. El madrileño guarda cierto rencor a la Copa: el año pasado, con el Rayo, alcanzó los octavos de final, pero el peaje por atravesar tantas rondas le costó alguna que otra baja clave, el consecuente desgaste en la Liga y, por último, la destitución. El Rayo lo echó apenas tres semanas después de despedirse de la Copa.
En todo caso, por buscarle el lado positivo, dice el técnico del Betis que el choque puede ser "bueno" para él porque le sirve "para ver gente y que se sientan útiles". Además, perder un partido rara vez es positivo, por razones anímicas y económicas. Así pues, habrá que ver qué alineación dibuja porque en ella, como mínimo, debe haber siete componentes de la plantilla profesional. Ya ayer reconoció que no forzará a Cañas, aún convaleciente de su lesión, y reveló que Ezequiel tiene un tobillo inflamado, mientras que recurrir al ex unionista Salva Sevilla, algo renqueante por un golpe en la rodilla, tendría poco sentido.
La presencia de Razak bajo los tres palos es la única novedad confirmada por el míster. Al ghanés pueden acompañarle el central Fran No (para no atosigar al veterano Belenguer), el mediocentro Beñat y el extremo Israel. Arriba, sinceramente, no hay donde elegir: o Jorge Molina o Rubén Castro, o los dos, tendrán que jugar porque no hay más delanteros.
El Salamanca viajó ayer a Sevilla "con mucho que ganar y poco que perder", según su entrenador, Óscar Cano. La Unión también sufre ausencias notables, como las de Toti, Mario Rosas o Miguel García. Su once es una incógnita y, de hecho, han venido diecinueve hombres. Habrá bastantes cambios porque los que jugaron el domingo en la Liga "casi ni se tienen", según el técnico.
