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Pocoyó, te echaremos de menos

el 02 mar 2012 / 22:03 h.

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Los niños aún no lo saben, peroPocoyó, Eli, Pato, Lula y Pajaroto pronto dejarán de contarles sus aventuras. Fondo Bikini puede que también se quede sin los 700.000 visitantes que diariamente disfrutan, junto a Bob Esponja y a su amigo Patricio, de sus famosas cangreburguers. Pero los más pequeños no son los únicos que se van a lamentar por las esquinas -¡benditos padres!, lo que les queda-, ya que el año tampoco se presenta atractivo para los amantes del sillón ball. Habrá Eurocopa, claro está, y Olimpiadas, faltaría más. Sin embargo, emitir éstas últimas le ha costado la friolera de 70.000 euros a RTVE, gasto que trae como consecuencia que el canal Teledeporte tiemble y que los chicos de La Roja puede que dejen de ser los chicos de La 1.

La decisión estatal de recortar 204 millones de euros a los presupuestos destinados para la cadena nacional da titulares todos los días y ha puesto en jaque a trabajadores, espectadores, políticos y productoras. Esta semana, a los más que posibles cierres de Clan y Teledeporte, se pueden unir otras novedades que afectarán muy seriamente a la parrilla de la tele pública y a sus audiencias. Y es que TVE y la Federación Española de Fútbol están a un paso de romper una relación que dura décadas y que afectará a la emisión de los partidos de la Selección Nacional, además de a los de la Liga de Campeones. Esta noticia, que se suma a la posible ausencia de nuevas temporadas de las series de éxito Cuéntame cómo pasó y Águila Roja, deja a la cadena muy deteriorada. La reducción de los contenidos del canal 24 Horas, la desaparición de programas emblemáticos como Saber y ganar o de los documentales de La 2 son la guinda de un amargo pastel que hará caer hasta diez puntos la audiencia, según los miembros del Consejo de Administración.

No obstante, aunque el hachazo a la parrilla va a afectar al cine hollywoodiense y al celuloide español más reciente -metrajes como Por fin la lluvia o Chico y Rita, nominada en la última edición de los Oscar, no verán la luz-, precisamente el cine español es el que más se libra de la criba. El negro panorama no va a afectar a la partida destinada a la producción nacional, que está garantizada por la Ley General de Comunicación Audiovisual. Dicha Ley de 2010 obliga a las cadenas de televisión privadas a destinar el 5% de sus ingresos a financiar la industria audiovisual europea, mientras que en el caso de RTVE ese porcentaje es del 6%.Asimismo, un día después de que el presidente de turno de RTVE, el consejero de CiU Josep Manuel Silva, no descartase el cierre de Clan, el canal infantil anuncia nuevos amigos para los más pequeños: Dibo, el dragón de los deseos, La abuelita Prudencia y las nuevas aventuras de Pat el cartero, que aún no se sabe cuánto durarán.


El tema es que al final siempre pagan los mismos, y no es demagogia. ¡Qué hay recortes! Zasca, las series más vistas a la basura. ¡Qué no dejan meter publicidad! A cargarse los canales de más audiencia. De nada sirve que sigan revalidando el liderazgo por sexto mes consecutivo el pasado mes de febrero, que cierren 2011 con un superávit de 29,5 millones de euros o que la oposición denuncie el que "la televisión pública debe seguir siendo independiente y de calidad". La merma en los informativos -que dejarán de ser líderes tras cincuenta meses consecutivos-, el que el canal 24 Horas se convierta -según el presidente de turno de RTVE- en un "rodillo informativo sin tertulias ni especiales" o el que Teledeporte "carezca de sentido si TVE se desprende de los derechos de deportes minoritarios", que son los que le dan la "esencia de servicio público", provocará una pérdida de casi la mitad de la audiencia, del 21% al 11 o 13%.

Pero así es como funciona el cotarro. Lo de menos es mantener una televisión de calidad. Como las cuentas no cuadran, lo más sencillo es tirar de lo popular. Josep Manuel Silva asegura que nadie podrá decir que no están afrontando los recortes. Según expresa, han reducido la estructura directiva, han rebajado los sueldos a presentadores y colaboradores, han revisado los contratos de las estrellas de la cadena, han suprimido coches oficiales y renegociado con los proveedores hasta lograr 40 millones de ahorro. Afirma, incluso, que lo mismo para 2013 la cosa anda más ajustada y les resulta más fácil adaptarse al presupuesto que este año, que ya tenían compromisos firmados como las Olimpiadas.

La cuestión es que al telespectador todo esto no le vale. La desconfianza se palpa en la calle. ¿No será que toman medidas tan populares para levantar a la gente frente a la decisión estatal? ¿Quién le dice a unos padres de clase media o en paro que el ahorro de 40 millones en ajustes internos es todo lo que se puede hacer cuando ellos sacan a una familia adelante con lo mínimo? Al margen de especulaciones, lo que está claro es que estamos asistiendo a la desintegración de una televisión nacional de calidad y eso, señores, no admite disculpa.

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