PP e IU hicieron valer que suman mayoría absoluta desde la oposición para elegir al nuevo gerente de la empresa municipal Limancar, lo que despertó el lunes las críticas del PSOE, que gobierna en minoría y se enfrenta a la primera pinza del mandato en medio de una situación cargada de crispación. Para el PSOE, se trata de "una minimoción de censura".
En sus argumentos en contra de la decisión adoptada por la oposición, el PSOE acusó a IU y PP de hacer "un uso irresponsable" de su mayoría absoluta al haber puesto al frente de la empresa municipal, dedicada a las labores de limpieza y mantenimiento de la ciudad, a un "administrativo".
Se trata, según informaron desde el Gobierno local, de un trabajador de la misma que "hasta la fecha sólo había desarrollado en la empresa municipal tareas administrativas, sin la formación académica ni capacitación profesional mínima exigible para asumir esta gerencia". En la misma línea, desde el PSOE recordaron que "el último gerente de Limancar era, por ejemplo, ingeniero". De hecho, era el actual alcalde, Antonio Cano (PSOE).
Pero esta decisión del PP e IU tuvo otras consecuencias, como que el hasta entonces presidente del consejo de administración, el concejal de Obras, Servicios e Infraestructuras, Antonio Fernández Blanco, presentara su dimisión "para facilitar el consenso y, sobre todo, para que no se vean afectados los servicios". Por ello, el PSOE acusó a la oposición de dejar a Limancar "sin dirección política".
En opinión del Gobierno local, estos hechos son la consecuencia de una serie de circunstancias que se venían produciendo en las últimas semanas, que mantenían "bloqueada cualquier posible gestión por parte del equipo de gobierno para llevar a cabo un buen servicio".
De este modo, en los consejos de administración de Limancar celebrados últimamente, el PP e IU unieron sus votos "en un claro gesto de connivencia política" para adoptar una serie de decisiones que, siempre según fuentes del PSOE, dejaron "atado de pies y manos" al equipo de gobierno.
Desde la oposición justificaron su postura porque el ya ex presidente del consejo de administración había "tomado alguna decisión de forma unilateral". Sin embargo, el PSOE argumentó que la única medida tomada por el ex concejal fue "únicamente la de nombrar hace unos meses a tres empleados de Limancar como jefes de servicio, con el objetivo de reestructurar el organigrama de funcionamiento de la empresa municipal, repartir las responsabilidades y tareas y ofrecer un servicio mejor y más eficaz a los ciudadanos".
Pero la oposición también le achacó el hecho de haber contratado a dos electricistas sin proceso selectivo, algo que desmintieron desde el Gobierno local. "La decisión se tomó al ser urgente la contratación de dos electricistas durante un mes, y un técnico de Limancar baremó los currículos y seleccionó a las dos personas con más méritos y más capacitación profesional y formativa", apuntó el PSOE.