Las denuncias por violencia de género, aunque levemente, han crecido este año con respecto al anterior. Según los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el incremento en el primer trimestre de este año ha sido de un 1,6 por ciento. Un crecimiento que coincide con el hecho de que el número de denuncias que llegan a los juzgados a través de los cuerpos policiales o por los servicios médicos se ha incrementado en más de un 80 por ciento. El dato contrasta con la bajada de casos que se inician a instancias de la propia víctima, que ha descendido un 14 por ciento. La Policía Nacional cuenta con una unidad especializada en la asistencia a víctimas de género. / Foto: Antonio Acedo Los datos judiciales reflejan una triste realidad: que las víctimas no se atreven a denunciar ellas mismas los malos tratos que sufren. De hecho, el número de denuncias se mantienen más o menos estables debido a que muchos casos han sido detectados o bien por los cuerpos policiales o bien por los servicios médicos a los que acudiera la víctima tras la agresión. Así, los atestados policiales remitidos a los juzgados por intervención directa de la Policía entre enero y marzo han sido 214, mientras que en el mismo periodo del año pasado fueron 102. En cuanto a los partes de lesiones remitidos a los juzgados, mientras que este año han sido 249, el año anterior fueron 153. En cuanto al número de casos que han llegado a los juzgados por la propia víctima, 159 fueron en los propios órganos judiciales, mientras que 943 optaron por acudir a la Policía para denunciar a su maltratador. El año pasado en cambio, 213 víctimas acudieron directamente a un juzgado para denunciar, frente a las 1.070 que lo hicieron en dependencias policiales. Pero, además del dato negativo de que sean menos mujeres las que acuden a denunciar, las estadísticas también recogen otra triste realidad, y es que éstas no se ven apoyadas en el ámbito familiar lo suficiente como para ser su entorno el que ponga fin a la situación de violencia. En el primer trimestre de este año sólo tres de las 1.568 denuncias interpuestas lo fue por un familiar; mientras que en 2013, sólo fueron cuatro de las 1.542. Por otro lado, el número de renuncias, al contrario que la media nacional, aumentó con respecto al año pasado. Mientras que en toda España descendió en un 1,9 por ciento el número de mujeres que optó por no continuar con el procedimiento, en Sevilla se incrementó un 7,69 por ciento, pues mientras que en 2013 fueron 299, este año han sido 322. Alejamiento. En cuanto a las órdenes de alejamiento que se han solicitado y acordado en los juzgados de Violencia sobre la Mujer, pese a que se han solicitado más en este primer trimestre, los jueces han acordado menos. En entre enero y marzo de este año, los órganos judiciales han adoptado una de cada tres medida solicitada. En cifras, esto supone que de las 436 que se plantearon, se acordaron 143 y se denegaron 293; mientras que el año pasado se solicitaron 400, se adoptaron 153 y se denegaron 247. Esto supone que las víctimas pidieron un nueve por ciento más de órdenes de alejamiento, pero los jueces rechazaron un 18,67 por ciento más que el año pasado y acordaron un 6,5 por ciento menos. En cuanto a las condenas, en el primer trimestre se sentaron en el banquillo de los acusados 197 imputados por malos tratos, de los que 101 resultaron condenados y 96 absueltos, lo que supone que el 51 por ciento de los juicios acabaron con una sentencia condenatoria. Entre ellos, sólo una mujer fue enjuiciada por violencia hacia su pareja, que resultó absuelta. Los datos estadísticos también reflejan de sólo el 5,3 por ciento de los casos que entra en un juzgado acaba con una sentencia condenatoria, ya que la mayoría de las denuncias, el 34 por ciento, se archiva de forma provisional. El 18,3 por ciento termina elevándose a un órgano superior, mientras que 32,2 por ciento acaba cerrándose por alguna otra circunstancia.