Jarro de agua fría. Decepción sevillista tras la derrota en Vallecas. Hay dos vertientes preocupantes en esta derrota: la deportiva (equipo) y la anímica (afición). La primera, porque una vez más las rotaciones y la rocambolesca alineación (reiteración de Fazio como mediocampista y Luna de extremo zurdo) dieron lugar a un concepto de equipo lejano a lo que debe ser un aspirante europeo. Segundo, porque para enmendar esa alineación y ese concepto de equipo hubo que recurrir a Kanouté, Medel y Trochowski, tres titulares indiscutibles, y buscar esas ocasiones y situaciones ante el gol que antes fueron inexistentes. Después de vacaciones, y aunque en 7 días haya tres partidos importantes, los titulares están tan lejanos de los no habituales que hay momentos que son necesarios e imprescindibles.
El aspecto anímico va ligado al deportivo. La victoria era fundamental para la moral del equipo y su afición ante el duelo ante el Valencia. Hay pocas horas para levantar los ánimos. La afición, visto como está el equipo, es fundamental. Seguir en la Copa es la panacea para que Marcelino no agote su crédito, cada día más débil, y se imponga a las dudas que embargan a la afición.
La victoria del Betis sobre el Sporting permite a los béticos mirar con tranquilidad la clasificación al verse en mitad de la tabla y esperar con optimismo el final de la primera vuelta. Pero es bueno recordar porque el fútbol tiene flaca memoria. Recuerdo que en la etapa de las 9 derrotas escribí que la única medicina que necesitaba el equipo verdiblanco era la serenidad. Era difícil encontrarla en la farmacia del fútbol porque este fármaco casi nunca se receta, ya que lo más fácil es la precipitación y las decisiones de cara a la grada que casi siempre terminan con el enfermo en la UVI antes del trance final.
El Betis acertó. Hoy el equipo cree en sus argumentos, sabe sus carencias y sus necesidades en cuanto a jugadores, pero también es consciente de su situación concursal. Todavía no ha conseguido nada. Está en la buena línea y si es capaz en el campo de perseverar en su juego alegre y atacante y todos reman en una misma dirección habrá dado un paso adelante muy importante para la salvación. Recuerden que sólo estando en Primera se puede aminorar la deuda. Está el equipo en el buen camino, pero no tiren las campanas al aire. Esta liga es muy larga. Y no olviden esa medicina llamada serenidad.