La plaza de la Real Maestranza de Caballería de Ronda vuelve a abrir sus puertas esta tarde para acoger la LIV Corrida Goyesca, un evento que, más allá de su carácter pintoresco y tradicional, supone una ceremonia de reencuentro con las fuentes del toreo y un homenaje compartido al que fuera su alma de tantos y tantos años: el maestro Antonio Ordóñez.
Su nieto Francisco Rivera, que alterna hoy en el bicentenario coso rondeño con Ponce y Castella en la lidia de un encierro de Zalduendo llevando el nombre de Paquirri, supo recoger ese legado y siguió mimando su organización. Más de medio siglo después de la primera goyesca, esta corrida sigue siendo esa meca de peregrinación para tantos y tantos aficionados que remontan los caminos del toro al encuentro de la vieja Maestranza de piedra que se levanta junto al tremendo Tajo de Ronda.
Si todas las goyescas se caracterizan por algo especial, la de 2010 también será la corrida de toros número 2.000 toreada por el maestro valenciano Enrique Ponce, que estrenará para la ocasión un vestido goyesco diseñado por el prestigioso modisto Lorenzo Caprile.
Prácticamente, ningún otro diestro ha logrado alcanzar esa cifra de festejos, computados desde que el diestro de Chiva tomara la alternativa el 16 de marzo de 1990 a lo largo de 21 temporadas consecutivas en activo en las que nunca se ha apeado de su condición de primera figura.
La larga carrera de fondo de Ponce incluye otras cifras apabullantes: si hace sólo unos días cumplía su paseíllo número 50 en el exigente ruedo de Bilbao, también detenta el récord absoluto de toros indultados, un total de 39 ejemplares. Además, durante diez años consecutivos superó la mítica cifra de 100 corridas toreadas por temporada, lo que no es moco de pavo...
El traje que ha ideado Caprile para Enrique Ponce está realizado en raso de seda y algodón de color tabaco, con vueltas en grana y bordados y pasamanería en tonos dorados, marrones, ocres y negro, según se aprecia en el boceto de al lado.
La vestimenta en cuestión, que ha sido montada en la sastrería de toreros de Santos, incluye un chaleco de paño ocre con bordados de oro y la tradicional cofia o redecilla de madroños con la que se tocará el diestro en el paseíllo.
Lorenzo Caprile, un especialista en la recreación de trajes de la época goyesca, fue el encargado de diseñar el traje de novia de la Infanta Doña Cristina.
Con esta creación se suma a la lista de diseñadores que, tal y como hizo Armani con el traje que lució Cayetano Rivera Ordóñez hace dos años, han puesto su granito de arena para universalizar y exprimir los valores culturales de la fiesta de los toros.
