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"Pondré mi granito de arena en la historia del olimpismo"

el 24 may 2012 / 18:59 h.

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Israel Perona es el antorchista olímpico que viajará a Inglaterra representando a Sevilla.

Fue seleccionado entre 3.000 candidatos a través de una red social. Pero lo que para otros no hubiera pasado de ser una anécdota y la oportunidad de estar unos días en Inglaterra, para Israel Perona -madrileño sevillanizado por su mujer y su larga estancia en la ciudad- es "un sueño hecho realidad". Voluntario olímpico en Barcelona 92 y entusiasta seguidor de todo lo que suene a fasto deportivo, este militar del Ejército del Aire destinado en la base de Tablada viajará el próximo 25 de junio a Barnsley (Reino Unido), ciudad en la que tendrá que recorrer 500 metros portando la Llama Olímpica.


-Todavía habrá quien diga que Facebook no vale para nada...
-¡En mi caso desde luego que ha servido! Me apuntó mi mujer en un concurso de Samsung a través de una aplicación en esa red social. Yo no sabía nada y, como suele pasar, casi ella misma se había olvidado del asunto cuando un buen día me comunicaron que había sido seleccionado entre miles de personas para ser uno de los portadores de la Llama Olímpica.

-Como antorchista representará a Sevilla, sin embargo esto no va aparejado con ningún reconocimiento público ¿no?
-Es así. Voy como un ciudadano de a pie. De hecho ni siquiera soy sevillano de nacimiento, sino madrileño. Aunque también viví en Zaragoza muchos años. Fue al conocer a mi mujer cuando pedí el traslado aquí y... en esas estamos, llevo en el Sur diez años.

-¿Qué tendrá que hacer exactamente?

-No me han explicado gran cosa. El 25 de junio me llevan a la ciudad inglesa de Barnsley -en Yorkshire del Sur- y allí alguien me dará el relevo de la antorcha. Yo la llevaré durante 500 metros, luego se la tendré que pasar a otro compañero. Somos 8.000 en total. El último antorchista será el que llegue a Londres el 27 de julio y encienda la Llama Olímpica.

-Contado así suena fácil. ¿Qué supone para usted?
-Mi papel es minúsculo pero para mí supone la consecución de un sueño. Por otra parte siempre podré sentirme orgulloso de haber aportado un granito de arena a la historia del Olimpismo.

-Su relación con estos juegos viene de lejos...

-Desde que tengo uso de razón soy un seguidor empedernido de los Juegos Olímpicos. Hay otras personas que son forofas de un equipo de fútbol, que siguen a un grupo de música o que se saben la historia completa de Eurovisión. Yo lo soy de las Olimpiadas. Fui voluntario en Barcelona 92, aunque en realidad comencé a tener vinculación con aquel acontecimiento en 1989. Y siempre estoy pendiente de la actualidad que rodea a este universo deportivo.

-No creo que siga con idéntico entusiasmo el tenis o la natación que el hockey hierba y el pentatlón moderno...

-El baloncesto y el atletismo son los deportes que me mueven. Ciertamente no tengo ningún interés por la lucha o el tiro deportivo.

-Aunque no de forma profesional ha sido usted baloncestista, su profesión es la de militar y es voluntario en diferentes proyectos. Quedarse de brazos cruzados no es lo suyo...

-La historia de mi vida es la de un participante. En muchas cosas. Sin ir más lejos, la función de los militares es servir a los demás. Y por mi profesión y mi religión -soy cristiano evangélico- el servicio a los demás es fundamental, es casi un leitmotiv de vida que intento poner en práctica cada día.

-Lo que afirma parece romper con el tópico de que los evangélicos sólo saben rezar en las iglesias, de puertas adentro...

-Dios está fuera de los templos. Los cristianos debemos salir a la calle y relacionarnos con todo el mundo. Lo que no tiene sentido es encerrarse en una burbuja en la que estés rodeado por personas que piensan exactamente igual.

-Además de ir en junio a Inglaterra volverá en agosto para ver los Juegos. ¿Qué consejo le daría a quien a estas alturas todavía se esté planteando acudir y no vaya sobrado de euros?

-Quizás sea algo tarde pero si no se tiene preferencia por ver los juegos mayoritarios todavía quedan entradas a buen precio para algunas disciplinas. Aunque para el fútbol siempre suele haber entradas libres porque los ingleses no son muy aficionados a este juego. Además siempre se puede comprar un ticket para el Parque Olímpico con pantallas de cine en las que proyectarán todas las competiciones. Respecto al alojamiento, este habrá que buscarlo bastante lejos del centro de Londres a no ser que se esté dispuesto a pagar unos 100 euros de media por una simple cama en una habitación compartida por más personas.

-¿Cree que España volverá a ser próximamente sede de unas Olimpiadas?
-La situación actual no es la de hace unos años pero creo que este país debe luchar por seguir siendo olímpico. Cuando Sevilla se presentó me pareció una iniciativa genial aunque hay que reconocer que, económicamente, era algo inviable.  De todas maneras, con la mano en el corazón ojalá que Madrid siga optando por ello en el futuro.

-¿Eso del espíritu olímpico es un camelo?

-No, no lo es. La tolerancia es el valor principal, el principio sobre el que se asientan unas Olimpiadas. Además, en ellas se aprende a respetar al contrincante. No creo que existan muchos lugares tan cargados de buenos valores como unos Juegos Olímpicos. Y lo mejor es que estos se perciben como público, voluntario o participante. Es un lugar mágico.

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