Economía

«Ponemos al servicio de las pymes una I+D que estaba reservada a las grandes»

Virtualmech es una empresa de base tecnológica (EBT) que ha dado el salto que tanto se reclama desde los laboratorios a la empresa, aunque los inicios no son fáciles.

el 29 mar 2014 / 23:00 h.

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Sevilla 26/03/2014 VIRTUAL MECHEs el único de los cuatro socios que dan vida a Virtualmech que no es doctor ingeniero industrial. Pedro Fernández-Palacios Gutiérrez (Carmona, 1973) es el «economista de la empresa» y el director gerente. Le acompañan José Luis Escalona (Sevilla, 1971) y Daniel García (Málaga, 1977), que compaginan su tarea emprendedora con clases en el departamento de Ingeniería Mecánica en la Escuela de Ingenieros; y Juan Valverde, barbateño nacido en Sevilla en 1976, que fue profesor en la Escuela e investigador en la Universidad de Cádiz pero ahora dedica su tiempo a un proyecto que trata de acortar distancias entre conocimiento y producto. ¿Qué pretende Virtualmech? El objetivo fundamental es trasladar el conocimiento que mis socios han adquirido tras muchos años de investigación en Dinámica de Sistemas Multicuerpo y llevarlo hasta el mercado. Con esa tecnología, Virtualmech hace la simulación integral de una máquina o un mecanismo. ¿De qué manera? A través de prototipos virtuales, de una simulación por ordenador, sobre la base de ecuaciones físicas y matemáticas que se trasladan a un software. No son dibujos animados, sino que cuentan con una base científica y se utilizan para predecir, por ejemplo, el comportamiento de una máquina. Se trata de trasladar a un software atractivo los cálculos científicos que se han hecho. Ponga ejemplos concretos de su aplicación para una empresa. Imagina una industria que quiere fabricar un prototipo. Tiene que dedicar mucho tiempo y dinero a fabricar la primera unidad y, luego, fabricar otras tantas unidades para ir afinando ese mecanismo, sobre el que, además, hay pruebas que no se pueden hacer. Lo que hacemos nosotros es diseñar esa máquina virtualmente y le hacemos todas las pruebas que queramos, que no se podrían hacer de forma física. Esto no te va a librar de hacer un prototipo físico, pero con la simulación vas a tiro hecho y te ahorras mucho tiempo y dinero. ¿Han estimado de alguna manera el ahorro que generan? Depende de la maquinaria en cuestión, aunque tenemos algunas estimaciones del retorno de la inversión (ROI) [indicador que se calcula en función de la inversión y los beneficios obtenidos]. Sobre una máquina que requiera una inversión de 1,2 millones, la inversión en simulación sería de 200.000 euros, lo que nos daría un ROI de cinco. ¿En qué proyectos están trabajando actualmente? El año pasado empezamos a trabajar para Abengoa Solar en el proyecto Cersol, en el que nos encargamos de realizar una simulación del comportamiento de un nuevo receptor (células termomecánicas) con unas determinadas características. Así, cambiamos variables, geometrías, materiales y explicamos los resultados obtenidos. En este caso, sería imposible hacer esa simulación con prototipos físicos porque habría que hacer el receptor, ponerlo a funcionar, ver cómo se comporta ante determinadas variables a lo largo del tiempo... Para analizar ese comportamiento de los materiales se necesitarían años. Abengoa, antes de conocernos, acudía a instituciones científicas alemanas para hacer este tipo de ensayos. ¿Ha sido muy difícil acceder a una grande como Abengoa? Nuestros tres investigadores tienen experiencia por medio mundo. Juan, por ejemplo, estuvo dos años en San Francisco haciendo cálculos específicos de termomecánica. Pero cuesta un poco entrar con las grandes porque somos pequeños y lo que hacemos está restringido a grandes empresas que son las que tienen capacidad e invierten más en I+D, que es nuestra actividad. Nosotros seguimos llamando a todas las puertas, buscando contactos... sigue siendo una lucha complicada hacerse hueco. La mayor dificultad es llegar hasta ellas, una vez que lo conseguimos, demostramos lo que sabemos hacer y fidelizamos. ¿Cómo y cuándo se deciden a poner en pie esta iniciativa? José Luis, que fue quien inició este tema, veía cómo sus colegas de Finlandia y EE.UU., con los que coincidía en congresos, conferencias y encuentros, aprovechaban sus conocimientos teóricos para montar empresas. Aquí es más complejo porque la universidad no es tan permeable, aunque poco a poco eso va modificándose, pero le falta ese grado de apertura, sigue manteniendo una estructura muy jerarquizada, muy centenaria. Nos constituimos en julio de 2009, pero empezamos en enero de 2010. ¿Cómo han sido estos 4 años? Muy complicados, que se resumen en trabajar mucho y gratis. Los socios hemos estado estos años trabajando para levantar el negocio sin ver un duro, compatibilizando varios trabajos. Una vez conseguidos los clientes, en vez de repartir el dinero, lo hemos invertido en personal, en seleccionar los mejores ingenieros e investigadores. La Escuela es un gran caldo de cultivo y el capital humano, nuestra principal materia prima. Cuando parecía que iba calando el mensaje de la I+D, apareció la crisis y vuelta atrás. ¿A qué sectores se dirigen? Principalmente, el sector al que nos tenemos que dirigir es la industria. Empezamos en Andalucía en elevación, el primero al que nos orientamos. También a los ferrocarriles por la especialización de uno de nuestros socios, que hacía este tipo de simulación en EE.UU., y en el ámbito de la termomecánica. A medio plazo, nos queremos orientar también a la biomecánica, por ejemplo, para el diseño de prótesis. Pero tienen que ser empresas que apuesten por la I+D. En Alemania, Japón o Finlandia, la simulación ya forma parte de la industria y lo hacen también las pequeñas empresas, no solo las grandes. Allí entienden mejor el producto, aquí pocos; los que cuentan con departamentos importantes de I+D. La tecnología que utilizamos no se ha trasladado suficientemente a la industria. ¿Cómo salvar esa barrera? Somos capaces de hacer accesibles para las pymes servicios que antes estaban reservados solo a las grandes empresas y sin necesidad de una gran inversión, con un PC. Hablamos de innovación, de una herramienta de alto nivel tecnológico porque es reducido el número de investigadores en el mundo que la dominan, entre ellos Virtualmech. Además, son servicios subvencionables porque son I+D pura. Una pyme puede presentar ese proyecto ante el CDTI o la Agencia IDEA y obtener ayudas porque es innovador. Aún hay poca inversión privada, las empresas no han cambiado el chip de que la competencia en precios no es el futuro, sino que está en la vía de la diferenciación.

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