-¿Dónde vive usted, Juan?
-Ahora mismo, en José Laguillo, en Santa Justa.
-¿Habla idiomas?
-Sí, inglés. No todo lo bien que me gustaría, pero sí.
-Hablando de idiomas, dígame la segunda persona del singular del presente de indicativo del verbo ser, por favor.
-¿Del indicativo de...?
-Sí, del verbo ser.
-Tú.
-Tú... ¿qué?
-Tú eres.
-Pues ya que saca el tema de los ERES...
-¡Pero eres, tú! [y señala]
-Sí, lo sé. Últimamente, ERE somos todos. Pero lo que le iba a preguntar: ¿no cree que ha llegado ya el momento de que el PSOE se tome unas vacacioncitas, después de 837.000 millones de años gobernando en Andalucía? ¿No les ayudaría a tener una nueva perspectiva?
-Ese argumento de que es de higiene democrática que un partido no gobierne más allá de tal, siempre lo condiciono a lo bien que lo haga, las condiciones económicas o sociales en las que se mueve o consigue transformar y en la decisión final de los ciudadanos. Lo que no comparto es que se diga que como el PSOE lleva 30 años gobernando en Andalucía, esto es un régimen. No, eso es una cagada, una falta de respeto absoluta a unos ciudadanos que han elegido ese proyecto sencillamente porque era el mejor o porque el otro que se presentaba era muy malo.
-Si el PSOE se la juega a Espadas, ¿el PP a qué se la está jugando?
-A que el PSOE no exista. A degradar la imagen pública del socialismo en España. Ganar por incomparecencia del adversario, por KO total.
-Si tuviera que irse de Sevilla, ¿adónde se iría?
-No me iría de Sevilla, pero si tuviera que hacerlo me iría a un puerto de mar, probablemente Málaga.
-Dígame una tontería que haya hecho por amor.
-Subir a una noria a declararme.
-¿Y qué tal le fue?
-Bueno, pues superé el miedo escénico, hice lo que tenía que hacer y cuando me bajé... me tambaleaba.
-Pero, ¿bajó con novia o sin ella?
-No, no, bajé con novia.
-¿Tiene alguna manía?
-No, no soy muy maniático.
-Hombre, lo digo porque procede usted de Miraflores, y como dice que va a ganar, digo: ¡A ver si es que se ha escapado!
-No, no. Pues fíjate: por ahí jugaba de chico, pero no dentro de las instalaciones sino en el perímetro.
-¿En qué calle de Sevilla viviría si pudiera?
-Me ha gustado muchísimo siempre el Paseo de Colón, pero porque el río, para mí... como lo que decía antes del mar: siempre es el escenario más atractivo. Incluso más bonito desde aquí, contra lo que parece que todo el mundo opina, que desde Triana. Probablemente, porque desde aquí se ve Triana.
-¿Tiene mascota?
-¡No, no , no! [alarmado] Eso de perros, gatos y ese tipo de cosas, para nada en absoluto. Prefiero las personas.
-¿Por cuánto sale un viaje con el bonobús?
-¿La recarga? No sé, yo siempre recargo diez euros.
-Como el del chiste, ¿no?, que decía que le daba igual lo que costara la gasolina porque él siempre le echaba mil pesetas. Dígame un olor de Sevilla.
-El azahar.
-Ése no, otro.
-Bueno... vamos a quedarnos con el azahar.
-¿Le gustan los toros?
-No soy un amante de los toros. Voy a alguna corrida, pero no soy aficionado.
-¿Cree en Dios?
-Sí.
-A usted, de verdad, de verdad, de verdad... ¿lo que le gustaría ser es alcalde de Sevilla, o hay otra cosa por ahí que le guste más, no sé, brigadier... guardabosques de Doñana...?
-Lo que me gustaría enormemente es escribir novelas. Soy un auténtico escritor frustrado. Y hacerlo además en una terracita con el mar al fondo. La Alcaldía la veo más como un servicio público que como una aspiración personal. No creo que haya nadie en su sano juicio que diga que él nació con vocación de alcalde o de ministro; creo que la vida te va poniendo en determinado tipo de encrucijadas, te atreves o no a afrontar el reto y al final de pones el traje de las responsabilidad.
-Y una última pregunta de ciencia ficción: tres equipos se disputan la Champions: el Barça, el Sevilla y el Betis. ¿Quién quiere que gane?
-Terrible. Me has matado. ¡Me has matado! Pues venga, soñemos: el Betis.
