La posible marcha de Beñat no es algo nuevo; en el Betis la barruntan desde hace meses y el hecho de no haberle renovado aún su contrato quizá pueda entenderse como una invitación a negociar su cláusula de rescisión, de 20 millones de euros, nada disparatada si se compara con los 40 que va a pagar el Bayern por su paisano Javi Martínez.
Pepe Mel ya advirtió hace meses que Beñat era el futbolista indicado para sacar al Betis del concurso de acreedores, así que su posible marcha no le va a coger por sorpresa ni va a suponer un problema irresoluble si la secretaria técnica se mueve con presteza y reinvierte buena parte del dinero (casi un tercio se destina al concurso) en reforzar el plantel con varios fichajes de garantias que hasta el momento no se han podido afrontar por falta de dinero.
Claro que para poder reinvertir primero nay que vender bien, y Mel ya ha dejado claro que dejar marchar a Beñat -internacional de nuevo cuño- por menos de 15 millones de euros sería un mal negocio. Coincido plenamente con él: los 10 millones que dicen que ofrece el Wolfsburgo son a todas luces insuficientes, así que el que quiera a Beñat deberá poner mucho más dinero encima de la mesa, pues el propio Guillén reconoció a primeros de julio que se había rechazado una oferta de más de 9 millones y sería descabellado aceptar ahora 10 con la Liga ya empezada.
Así que o llega una oferta irrechazable o Beñat seguirá en el Betis, que no debería dejar pasar ni un día para mejorarle notablemente su contrato, aunque la cláusula se mantenga en los 20 millones de euros actuales. Beñat es uno de los líderes de este Betis y se le debe remunerar como al que más.
