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Por la boca muere el pez

Sólo puedo expresar que el otro día me quedé atónito al escuchar las declaraciones de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, aun cuando he de reconocer que tras recobrar el dominio de mí mismo y del vehículo, pues como en ese momento iba conduciendo, casi me estrello...

el 16 sep 2009 / 03:11 h.

Sólo puedo expresar que el otro día me quedé atónito al escuchar las declaraciones de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, aun cuando he de reconocer que tras recobrar el dominio de mí mismo y del vehículo, pues como en ese momento iba conduciendo, casi me estrello, ese testimonio, expresado con voz de terciopelo y satén, lo que hizo realmente es despejarme muchas dudas sobre la verdadera ideología y filosofía que se encuentra tras su política de falso progresismo.

Según la ministra un feto de 13 o 14 semanas no es un ser humano, ni un proyecto de ser humano, tan sólo es un ser vivo, equiparándolo pues con la naturaleza de una amapola o de una lombriz. Además aseverando que no existe base científica para afirmar otra cosa. Y luego los doctrinarios de esa barbaridad criticaban y hacían chanzas con la campaña del lince. No es ya el debate a favor o en contra del aborto, un debate que zanjó hace ya 29 años el Tribunal Constitucional declarando al nasciturus como un bien jurídicamente protegido, no se trata de mostrar solidaridad hacia las mujeres que pasan por el difícil trance de decidir en casos excepcionales sobre si ponen término a un embarazo no deseado, que estoy de acuerdo que deben estar siempre exentas de responsabilidad penal, de hecho ninguna ha ingresado por ello en prisión, mas no así las clínicas que defienden la base científica que luego venden a la ministra; lo que realmente trasluce ese disparate es o bien ignorancia supina, o bien un propósito profundo de confundir a la opinión pública abriendo debates secundarios para ocultar la catastrófica situación económica y social, o bien una mera consecuencia del lema "nosotras parimos, nosotras decidimos", que se abandera como esvástica por un reducido pero poderoso sector feminazi.

O bien ciertamente puede ser que esas declaraciones, realmente, respondan un poco a todo ello.

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