No les ha tocado la lotería pero están más felices con la ayuda que la Obra Social La Caixa ha concedido a proyectos de sus asociaciones que si tuvieran un décimo premiado para ellos mismos. Los responsables de las 14 entidades sevillanas seleccionadas para el Programa de Ayudas a Proyectos de Iniciativas Sociales de La Caixa recibirán en total 287.560 euros (cada una obtendrá ayudas de entre 10.000 y 30.000 euros) para continuar su trabajo de inserción laboral y acción social con colectivos en riesgo de exclusión. Una labor por la que, lejos de esperar un reconocimiento, no se cansan de dar las gracias a toda aportación a su causa, ya sea al director territorial de La Caixa, Rafael Herrador, como a la delegada de Asuntos Sociales, Dolores de Pablos, presente en el acto solo como invitada pero a la que muchos de ellos aprovecharon para agradecer las aportaciones del propio Ayuntamiento. Todos coinciden en que lo que dignifica a las personas es el empleo. Por ello, muchos de los proyectos se centran en la formación e inserción laboral de colectivos con especiales dificultades, desde toxicómanos a discapacitados intelectuales pasando por vecinos de barrios desfavorecidos como El Vacie o mujeres víctimas de violencia de género. Nuestros chicos han hecho un esfuerzo grande para estar formados, ahora falta que la sociedad les dé una oportunidad, explica Paulina del Barco, presidenta de Aspanri. Los 24.000 euros de La Caixa servirán para seguir formando a personas con síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales y convencer a empresas para que los contraten así como a mantener al personal que durante un tiempo les acompaña en sus puestos de trabajo hasta que se hacen con ellos. Es un problema al que también se enfrentan las personas autistas, según reconoce la presidenta de Autismo Andalucía, Mercedes Molina, que también destinará sus 28.000 euros a facilitar el acceso a un trabajo a estas personas que tienen muchas dificultades. Su mensaje es reforzado por Rosario Cantera, de la Asociación andaluza de epilepsia, que por primera vez ha sido seleccionada en este programa de ayudas y recibirá 10.000 euros para promover la integración laboral de un colectivo ante el que la gente no sabe cómo actuar y tratar, incluso hay que enseñar a las familias, para romper ese círculo en el que su vida se limita a su casa y la familia que lleva a la desesperación y a depresiones. La labor de estas entidades requiere profesionales pero también voluntarios. La Universidad Pablo de Olavide recibirá 7.500 euros para un proyecto destinado a poner en contacto a universitarios (también a profesores y personal de administración)con ONGque los necesiten y 30.240 euros para el proyecto de intercambio social de la Residencia Flora Tristán con el Polígono Sur, por el que estudiantes residentes en la misma realizan becas en proyectos de asociaciones del barrio. La Fundación Tierra de Hombres, dedicada a la la atención a la infancia en los países en vías de desarrollo, también destinará sus 27.470 euros a formar voluntarios para sus proyectos de cooperación. Con vecinos de otro barrio desfavorecido, El Vacie, trabaja Aisol, que recibirá 14.400 euros para formar a personas en riesgo de exclusión en capacidades laborales a través de una empresa de inserción. Una labor similar, con itinerarios personalizados de integración, realizan el Colectivo La Calle con drogodependientes (14.600 euros)y Desarrollo Comunitario Internacional con inmigrantes (11.390 euros), a los que ofrece orientación y formación especializada para trabajos que están siendo desempeñados por este colectivo como el cuidado de personas dependientes. Las mujeres cooperativistas de Amecoop sienten la obligación como empresarias de devolver a la sociedad lo que no da por lo que han puesto en marcha un proyecto de financiación mixta (al que La Caixa aporta 29.350 euros) para ayudar a mujeres víctimas de violencia de género de pequeños municipios. Según su portavoz, Dolores Sanjuan, en una primera fase trabajan con las mujeres en casas de acogida y otros recursos para empoderarlas con una formación específica en la que vuelvan a sentirse independientes y capaces de tomar decisiones tras la anulación de la autoestima que acarrea el maltrato. Posteriormente, a través de unas becas, ofrecen trabajo en sus cooperativas para que inicien el camino hacia la independencia económica. El Proyecto Esperanza de las Hijas de la Caridad, la Asociación de estudios sociales para la igualdad de la mujer, la Fundación Afies y la Asociación de emisoras municipales y comunitarias de Andalucía de radio y televisión completan la nómina de entidades que trabajan por los demás, silenciosamente, todo el año, lejos de la solidaridad eventual navideña.
