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¿Por qué mataron a García Lorca?

Tratando de pasar el tiempo eterno que transcurre cuando se está de espera en hospitales, he tenido la oportunidad de visitar este fin de semana en Granada la Huerta de San Vicente, la que fuera la casa de verano de la familia de Federico García Lorca entre 1926 y 1936...

el 16 sep 2009 / 04:38 h.

Tratando de pasar el tiempo eterno que transcurre cuando se está de espera en hospitales, he tenido la oportunidad de visitar este fin de semana en Granada la Huerta de San Vicente, la que fuera la casa de verano de la familia de Federico García Lorca entre 1926 y 1936 y ahora convertida en Casa Museo.

Allí se conservan gran parte de los muebles que entonces existían, incluida la habitación en la que Lorca escribió, entre otras obras, Yerma o Bodas de Sangre y dos habitaciones convertidas en sala de exposición con cartas, grabados o fotografías que recuerdan la vida y la obra del poeta granadino.

Las visitas son guiadas pero dando poca información y dejando que los visitantes puedan admirar los detalles que se hallan expuestos. Apenas se habla, por ejemplo, del compromiso de Lorca con los ideales republicanos a pesar de que en su habitación se señala un cartel de La Barraca que sigue allí colgado y se explica que era su grupo de teatro y que con él se intentaba instruir además de divertir.

Solo al final, al salir por la estancia principal de la casa, comenta el guía que fue allí donde la familia de García Lorca se reunió en agosto de 1936 para decidir en qué casa estaría más seguro el poeta cuando ya estaba claramente amenazado de muerte. E informa el guía que se decidió que fuese a esconderse a casa de su amigo el poeta Luis Rosales pero que eso no pudo impedir que fuese detenido y fusilado.

Mi sorpresa vino cuando uno de los visitantes preguntó "por qué lo mataron" y otro que dónde estaba enterrado y el guía se limitó a responder que las últimas interpretaciones apuntaban a que fue por un ajuste de cuentas entre familias más que por motivaciones políticas y que su cuerpo estaba "entre Viznar y Alfacar".

Desde que se estrenara el documental de Emilio R. Borrachina, Lorca. El mar deja de moverse, la teoría de que los asesinos salieron de su propia familia ha cobrado fuerza. El considerado autor material del asesinato, Juan Luis Trescastros Medina, quien no tenía problemas en contar que le había pegado "dos tiros en el culo por maricón", está enterrado en un panteón de la familia Lorca. Según esta teoría, la homosexualidad de Lorca y el haber escrito "La casa de Bernarda Alba", donde plasmó una radiografía de los Alba, parientes de los Roldán, fueron los detonantes de su muerte. Sin embargo, Trescastros no estuvo sólo en el pelotón de fusilamiento sino acompañado por otros miembros de la derechista Acción Popular, por lo que no se puede descontextualizar el asesinato del momento histórico de la Guerra Civil y las facciones que en ella se enfrentaron.

Porque a Lorca no lo mataron por una simple pelea entre familias sino porque era republicano, como otros muchos miles que también cayeron por la misma razón, y no tiene tumba como tampoco la tienen tantos otros que descansan o se revuelven en las cunetas de tantos caminos.

La verdad es que me sentí avergonzada porque todavía no conocemos nuestra historia, porque existe una Ley de Memoria Histórica que no se respeta, porque el Tribunal Supremo ha admitido a trámite una querella por prevaricación del sindicato ultraderechista Manos Limpias contra el juez que se declaró competente para investigar las desapariciones durante la Guerra Civil y el Franquismo, porque esas investigaciones solo se llevan a cabo gracias a la perseverancia de las asociaciones de memoria histórica y no por un pueblo que quiere conocer su pasado, y porque en muchas autonomías los ciudadanos confían su gobierno a un partido político que aún no ha condenado el franquismo.

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