Economía

Portugueses, ahora toca sufrir

El cóctel de medidas exigido para un rescate que costará 80.000 millones: ajuste fiscal, reforma laboral, aumento de impuestos y privatizaciones

el 08 abr 2011 / 12:02 h.

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La ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, saludando a su colega luso.

El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, confirmó ayer que el rescate de Portugal costará alrededor de 80.000 millones de euros y cubrirá las necesidades de financiación del país durante un periodo de tres años. La asistencia financiera y el plan de ajuste que Lisboa deberá aplicar a cambio de esa ayuda se empezarán a negociar "de inmediato" y se aprobarán el día 16 de mayo, según acordaron los ministros de Economía de la UE en su reunión informal en Budapest.

El rescate incluirá "una partida específica para la estabilidad financiera y para mantener la liquidez y la solvencia en el sector bancario", aunque el comisario no detalló el montante. A cambio, la UE exige un duro plan de ajuste que incorpore un "ambicioso programa de privatizaciones que ayude a aliviar la carga de deuda de Portugal", explicó Rehn.

¿Los pilares del plan? Medidas de ajuste fiscal, reformas estructurales que eliminen "rigideces" en los mercados laboral y de productos y "medidas para mantener la liquidez y la solvencia" del sector financiero, concretó el primer ministro luxemburgués y actual presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.

Las iniciativas de austeridad que el propio Parlamento portugués tumbó el 23 de marzo -provocó la dimisión del primer ministro, José Sócrates- serán ahora el "punto de partida" para negociar el nuevo plan de ajuste, dijo Juncker. El ministro de Finanzas finlandés, Hyrki Katainen, fue incluso más allá y apuntó que este plan habrá de ser "más duro" que rechazado pues, "de lo contrario, no tendría sentido avalar el crédito de nadie". Y el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, resaltó que es esencial que el plan incluya un "ajuste fiscal ambicioso" y "reformas estructurales para aumentar el crecimiento de Portugal y corregir desequilibrios".

El programa lo negociarán la Comisión, el BCE y el FMI con el Gobierno luso en funciones y los principales partidos políticos de manera que, quien gane los próximos comicios del 5 de junio en Portugal, lo aplique.

"Pedimos a todos los partidos que concluyan rápidamente un acuerdo sobre el ajuste y formen un nuevo Gobierno tras las elecciones que pueda adoptar y aplicar las medidas pactadas", apuntó Juncker. También el ministro luso de Finanzas, Fernando Teixeira Dos Santos, llamó a la unidad política pero dijo que será su Gobierno el que negocie.

Mientras, la UE estima que el rescate portugués será, tras el de Grecia e Irlanda, el último de un país de la Eurozona y frenará así contagio de la crisis de deuda a España, sostuvo ayer el responsable del fondo de auxilio, el alemán Klaus Regling. "Los mercados han reaccionado muy positivamente a esta petición lusa de asistencia financiera".

"La opinión predominante en los mercados es que este paso protege a las tres economías más débiles de la Eurozona y ayuda a evitar un contagio más amplio", recalcó. "Existe además un mercado real para la deuda española, mientras que no hay para la portuguesa y griega".

Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, se mostró también convencido de que España "no necesitará asistencia financiera externa" porque, argumentó, ha emprendido las reformas necesarias.

"España ha tomado medidas muy valientes, entre ellas la consolidación fiscal y las reformas estructurales, y, además, está reestructurando su sector de cajas de ahorros". Subrayó que el nivel de deuda pública del país está "por debajo" de la media de la UE.
En este contexto, la ministra de Economía, Elena Salgado, aseveró que el rescate luso será "por supuesto" el último y que no afectará a los bancos españoles. España aportará 5.000 millones.

En Madrid, Alfredo Pérez Rubalcaba, vicepresidente primero del Gobierno, sentenció que, tras las reformas acometidas, España "ha pasado de ser una ficha más del dominó a convertirse en un dique infranqueable".

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