El barco abortista de la ONG Women on Waves regresó ayer al puerto de Valencia después de practicar "con normalidad" los tres abortos previstos en aguas internacionales donde rige la ley holandesa -país de origen de la embarcación- donde se permite practicar esta intervención a mujeres sin necesidad de un informe psicológico, como ocurre en España. El doctor que practicó estos abortos y director de la Clínica Mediterránea, Josep Lluis Carbonell, destacó que las tres intervenciones se llevaron a cabo "con normalidad" y que el barco pudo realizar su recorrido "sin incidentes".
Así, pese a que les habían advertido de la posibilidad de que la Guardia Civil marítima les parara para pedir documentación, precisó que "finalmente no ha sido así", por lo que la embarcación pudo salir del puerto alrededor de las 9.00 horas y llegó a Valencia pasadas las 16.00 horas.
Carbonell subrayó que "mientras que la ley holandesa respeta la voluntad de las mujeres, la española la secuestra", ya que para practicar un aborto en España "se necesita una autorización psiquiátrica, que acredite que si continúa con el embarazo la mujer corre un peligro psicológico".
Los abortos que se realizan en esta embarcación, que atracó el viernes en el puerto de Valencia entre las protestas de representantes de asociaciones provida y el apoyo de responsables de la plataforma a favor del derecho al aborto, se realizan mediante métodos farmacológicos en las instalaciones del buque y en aguas internacionales, es decir, a 12 millas de la costa.
La embarcación estará en Valencia una semana y tiene prevista una nueva salida a aguas internacionales para practicar abortos a mujeres el lunes.
La actividad de este barco, además de movilizar a los colectivo provida, también ha molestado a algunas autoridades valencianas, como la alcaldesa de la capital, Rita Barberá, quien lamentó que "la izquierda" haga "una fiesta de un drama personal". El Gobierno valenciano, por su parte, instó al colectivo abortista a marcharse.
