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Precedentes para tener esperanza

El Sevilla necesita recortarle siete puntos al Valencia en los trece partidos que quedan por delante. Se trata de una empresa muy complicada, pero hay antecedentes en los que sí se consiguió.

el 05 mar 2015 / 11:20 h.

Alberto Moreno se lanza a los pies de Susaeta para recuperar el esférico en la temporada 13/14. Alberto Moreno se lanza a los pies de Susaeta para recuperar el esférico en la temporada 13/14. Qué cara se le ha puesto la Champions al Sevilla. El objetivo más importante de la entidad para la presente temporada está realmente complicado tras un mal mes fuera del Sánchez-Pizjuán y la gran racha de resultados del principal rival por la cuarta plaza, el Valencia. Siete son los puntos que separan a los dos clubes y cada semana quedan menos jornadas para que el campeonato cierre la puerta. 39 puntos en juego y una distancia que, visto los precedentes de años anteriores, se antoja casi imposible para la entidad nervionense. Sin embargo, no hay nada que no se pueda lograr. Antecedentes existen en el pasado, incluso con los sevillistas como protagonistas. Sin ir más lejos, la pasada temporada, un Sevilla al que su horrendo arranque liguero lastró el resto del año en ese torneo, terminó por enganchar una trayectoria ascendente que le dejó a las puertas de la mayor competición continental. De hecho, en la jornada 35 se le presentó la ocasión de asaltar la cuarta plaza con un partido en San Mamés. El cansancio acumulado, las rotaciones y una mayor predisposición del rival para esa final liguera fueron motivos suficientes para que los de Unai Emery regresaran a casa de vacío y con la sensación de haber dejado escapar una oportunidad única, de las que no se presentan dos veces. No obstante, los nervionenses habían hecho hasta ese instante lo más complejo: remontar nueve puntos en las mismas jornadas de Liga. Y es que ahora es el momento donde todos los equipos se dejan más puntos por el camino. Ya no hay partidos fáciles. La necesidad aprieta. El Barcelona pierde en el Camp Nou ante el Málaga o el Real Madrid se deja dos puntos en su estadio frente al Villarreal. Los tropiezos van a empezar a sucederse y ahí es cuando el Sevilla debe atacar. El primer momento será este fin de semana en La Coruña. Atlético y Valencia se enfrentan en el Vicente Calderón. De ganar los de Unai la distancia con cualquiera de los dos se reducirá. No habrá más de dos partidos de por medio en la puntuación y doce fechas por delante. Pero debe vencer. La frustración de quedarse a las puertas, incluso cuando se empata a puntos, también la ha sentido en sus propias carnes el aficionado nervionense. Fue el año que terminó con la Copa de la UEFA en Eindhoven, con un equipo (justo como el año pasado) que hizo una segunda vuelta para enmarcar y que remontó en la recta final los cinco puntos que lo separaban de Osasuna. Sin embargo, se quedó ahí. Con la cifra de 68 y en el quinto lugar, algo que no había pasado en la historia de la Liga –el Deportivo se hizo con una Liga, con Javier Irureta en el banquillo, con 69 puntos–. Un sueño de entrar en Champions que se cumpliría a la siguiente temporada, con Juande Ramos como entrenador. Buceando algo más en los datos de este siglo, sorprende la remontada que realizó el Celta de Miguel Ángel Lotina en el curso 2002-03. Tras la jornada 25 le separaban ocho puntos del Valencia (actual rival sevillista) de Rafa Benítez. En un arreón final espectacular, unido a una pésima gestión de las últimas jornadas por parte de los valencianistas, el equipo gallego se coló en el cuarto puesto, que le dio derecho a disputar la Champions. Era el Celta de Mostovoi, Edu o Catanha, con los exsevillistas Jesuli y Velasco en sus filas. Todo esto viene a decir que el Sevilla aún está en disposición de discutirle la cuarta plaza al Valencia. Unai Emery ha tratado de inculcárselo a los futbolistas. Que no pierdan la ilusión. Ellos pueden conseguirlo.

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