Cultura

Premios y celebraciones para abrir la temporada teatral en Sevilla

El Teatro Salvador Távora reunió a actores, directores y promotores culturales para dar el pistoletazo de salida a la temporada teatral en las salas privadas de la ciudad.

el 07 oct 2009 / 21:28 h.

Alcanzar la puerta del Teatro Salvador Távora, ese reducto escénico del Cerro del Águila donde nació, hace dos años, otro concepto de teatro en la ciudad, no era tarea fácil. Besos, saludos, abrazos y, sobre todo, muchas ganas de celebrarse interceptaban la entrada; ganas de reivindicar la fiesta de las artes escénicas a pesar de todo (las dificultades económicas, las ayudas siempre pendientes de un hilo, la incertidumbre de una temporada a otra...). Lo dijo alguien mientras saludaba a diestro y siniestro: "Qué ganas tenía de que hiciéramos una cosa así".

Y es que la sala del Cerro fue el lugar en el que la Asociación Escenarios de Sevilla -integrada por la mayoría de salas privadas de exhibición y festivales independientes de la ciudad- celebró ayer -y por primera vez en sus cinco años de historia- el inicio de temporada teatral en Sevilla. Estaban todos: gestores culturales, directores de las salas (La Imperdible, Sala Cero, La Fundición, TNT, El Cachorro, Viento Sur...), bailarines y actores; toda la plana de grandes intérpretes que hacen de Sevilla -y permitánme el préstamo del slogan de la noche- "una ciudad escénica".

La mayoría de ellos se situó, en una carambola paradójica, en el patio de butacas: pero sólo para aplaudir a los compañeros que bajaron al escenario a recoger la primera edición de los Premios Escenarios de Sevilla, que nacen con una clara vocación de continuidad. Por allí pasaron el gran Fernando Mansilla (a recoger el premio al Mejor espectáculo de teatro por El ser humano), los productores de la bellísima Ti-me-ta-ble, de la compañía Marcos Vargas y Chloé Brûlé (Mejor espectáculo de danza); el irrepetible Juanjo Macías (Mejor actor por Las gracias mohosas, de Teatro Velador) y la hilarante Belén Lario de Blas (Mejor actriz por Pareja abierta, de Producciones Imperdibles). Se puede decir, sin menoscabo del resto, que fue la noche de Belén, que reivindicó la profesión con una bendita vehemencia. Y permitánme de nuevo el préstamo -esta vez de la madre de la actriz-, un oficio que les hace "coherentes y libres... Libres!".

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