Una tradición que no decae

Presentar a los niños ante la Virgen del Rocío. El momento cumbre para los familiares llega cuando el niño es pasado por el manto de la Virgen.

el 01 feb 2015 / 19:36 h.

rocio "Venimos de Almería, cogimos un autobús anoche y nos vamos en un rato". Esta frase de Almudena, una mujer que esperaba hoy a las puertas de la ermita de El Rocío, es indicativa de la devoción que hace que cientos de personas presenten a sus hijos ante la Blanca Paloma este fin de semana. Se trata de un acto sumamente sencillo que se ha vuelto a repetir este domingo en el santuario de la Virgen del Rocío, en el que durante unos segundos los niños son colocados lo más cerca posible de la patrona de Almonte (Huelva), y sus familias reciben en recuerdo una estampa de la imagen con una oración. El momento cumbre para los familiares llega cuando el niño es pasado por el manto de la Virgen, lo que culmina el rito de la presentación y su petición de protección. A falta de cifras oficiales, la hermandad Matriz considera que han sido más de 2.500 los niños de todas las edades y procedencia los que se han presentado ante la Virgen en la jornada de hoy, un cálculo basado en las estampas que se entregan a las familias una vez que los niños son presentados. Es un acto que dura pocos segundos, y que supone muchas veces largas horas de espera en la ermita, hasta que se llega con los niños a la parte más cercana al altar de la Virgen, y se lleva a cabo el rito de elevar a los pequeños para pedir para ellos la protección de la Blanca Paloma. Para ello, no es necesario inscribirse previamente, sino solo acudir a la ermita, además de que no hay ninguna edad límite para la presentación, por lo que no han sido solo bebés los que hoy han recibido la protección de la Blanca Paloma pedida para ellos por sus padres. La cita rememora cada año la presentación del Niño Jesús en Jerusalén, como marcaba la tradición de la época con respecto a los primogénitos de cada familia, y supone la culminación a un fin de semana en el que más de 50.000 personas han pasado por la aldea almonteña, en la que se ha coordinado un dispositivo de seguridad para prevenir los posibles problemas derivados de tal concentración de personas. Se la conoce popularmente como "Candelaria de Triana" desde que en 1959 Manuel Ruiz Torrens, junto a un grupo de hermanos de la Hermandad sevillana iniciaron el conocido como "camino de invierno" por La Candelaria e iban a El Rocío a caballo desde la localidad sevillana de Villamanrique de la Condesa, tradición que se ha mantenido. No obstante, la de Triana hace mucho que no es la única peregrinación de invierno, sino que todas las hermandades peregrinan al menos una vez, además de la romería, a la aldea desde el mes de octubre. Nada se deja a la improvisación, como todo lo que rodea a la Virgen del Rocío, y eso incluye el aspecto de la propia Virgen, que hoy lucía una saya donada a mediados del pasado siglo por la familia Cepeda, con diseño de Joaquín Castilla. Esta saya es conocida popularmente como de "la garrapata" por la forma del dibujo de sus bordados, mientras que el niño tenía un traje donado por la asociación de vecinos de El Rocío, que fue entregado este año cuando los Reyes Magos de la aldea visitaron la ermita rociera. El fin de semana ha sido especial, además, para las nuevas hermandades rocieras, las de Torrejón de Ardoz (Madrid) y Salteras (Sevilla), que anoche recibían el título oficial de filiales oficiales, con los números 115 y 116 respectivamente en la lista de hermandades de la Blanca Paloma.

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