Cultura

Primera y premiada

El dibujante onubense Antonio Hitos, formado en Sevilla, ganador del premio Fnac-Salamandra con ‘Inercia’, cree que el debate sobre si se puede vivir de la viñeta es secundario .

el 08 nov 2014 / 12:00 h.

600_Imagen InerciaA Del talento de Antonio Hitos (Huelva, 1985) se esperaba mucho, pero no por ello dejó de ser una agradable sorpresa que se le concediera el VII premio Fnac-Salamandra a su primera novela gráfica, Inercia, que acaba de ver la luz y es objeto de una exposición inaugurada ayer en Fnac Sevilla. Pero lo de Hitos no ha sido llegar y pegar. Atrás hay muchos años de colaboraciones varias y encargos «con códigos estéticos muy marcados», dice, antes de lanzarse a un proyecto tan ambicioso comoInercia. «Veía que otros compañeros estaban haciendo cómics muy bien estructurados, y me asustaba quedarme descolgado», recuerda. «Empecé como una terapia, con páginas inconexas, hasta que fueron acumulándose y cobrando forma». El resultado es una historia sobre el vacío existencial de unos chavales en una ciudad cualquiera, aunque enriquecida con experiencias más o menos oníricas de insospechado alcance. «Quería plasmar la desafección, la desidia, mi propia forma de enfrentarme a la rutina. Pero también soy un apasionado de la física, y no he dudado en meter varias cosas que creo que se sostienen. eso propone una posible segunda lectura para los iniciados, pero al fin y al cabo lo que se cuenta es una historia muy pequeña en un mundo muy grande», explica el dibujante, que incorpora numerosas vivencias propias al guión. 07-11-14<br />

Antonio Hitos<br />

Foto: El Correo Por ejemplo, ese monopatín que al romperse provoca un cataclismo en la vida del protagonista. «Es un desencadenante», asevera Hitos. «Es un elemento muy cercano para mí, he patinado mucho, y además te permite explorar el ambiente, es una actividad que uno hace solo, su mecanismo es, como indica el título, la inercia, y el componente técnico de montaje y desmontaje me venía muy bien como metáfora de la rutina», agrega. Más autobiografismo: la experiencia de Hitos como vendedor de discos y películas en una tienda, que da pie a algunos de los momentos más hilarantes de Inercia. «El humor alivia un poco ese tono decadente de la rutina que se repite. y al mismo tiempo, al poner en contacto un erstado de ánimo con otro, refuerzas la intención al tiempo que permites un descanso al lector», comenta. «¿Las anécdotas? Son casi todas literalmente como me ocurrieron. Tuve más, pero eran imposibles de sintetizar en una sola viñeta», asegura el artista. Una de las cosas que llama la atención del trabajo de Hitos es el hecho de que dé la misma importancia a figuras y fondo, con un mimo por los detalles extraordinario. «Todo es parte de la misma cosa», opina el dibujante. «El personaje existe en un entorno, y cuanto más participe en un entorno veraz, creíble, mejor contextualizado estará». «En las primeras versiones que hice era más suelto, más descuidado, quería desarrollarlo todo de la forma más cruda y sin remilgos», prosigue Antonio Hitos. «Pero en el proceso vi que no era natural, me salía como impostado. el estilo que ves ahora, aunque en principio parezca más frío, me sale mucho más naturalmente». Admirador desde niño de Schulz, el autor de Penauts, «con su composición esquemática al máximo, pero emocionalmente devastador», para pasar más adelante a adorar el underground de los 90 con Daniel Clowes, PeterBagge y Chris Ware a la cabeza, Hitos recuerda no obstante que «en el momento de dibujar inercia descubrí a José Domingo y sus Aventuras de un oficinista japonés, que me motivaron mucho», añade. De algún modo, Hitos se ha convertido en un nuevo referente de la pujanza del cómic andaluz, aunque se haya mudado a Barcelona por motivos personales. Sobre la eterna cuestión de si se puede vivir o no de dibujar, afirma que «no la veo super-importante», y añade que «el talento que hay en Andalucía está fuera de debate, es de un primerísimo nivel. Aquí tenemos a un tipo como José Luis Ágreda, que es de los mejores dibujantes del mundo. Puede que como industria sigamos sin ser una potencia, pero ninguna comunidad lo es, salvo quizá Cataluña. No estamos peor que Extremadura». Un avance para terminar: «Ya estoy metido a saco en una nueva historia, que será muy diferente a Inercia, aunque mis códigos seguirán siendo los que son: arquitecturas, repeticiones, planos estáticos, todo estará ahí. Pero lo que cuento irá por otro lado».

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