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Primeras espinas en Euskadi

Al camino de rosas del Gobierno de Euskadi le han salido ya las primeras espinas. Sólo han pasado poco más de dos meses desde que Patxi López y Antonio Basagoiti (PSOE y PP) se prometieron amor -al menos para cuatro años- y ya han comenzado los primeros reproches.

el 16 sep 2009 / 05:58 h.

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Al camino de rosas del Gobierno de Euskadi le han salido ya las primeras espinas. Sólo han pasado poco más de dos meses desde que Patxi López y Antonio Basagoiti (PSOE y PP) se prometieron amor -al menos para cuatro años- y ya han comenzado los primeros reproches. Hasta hace poco todo eran buenas palabras pero el pulso por echar al PNV de la Diputación de Álava ha dado por finalizada la luna de miel. Comienza la vida en común.

El presidente del PP vasco fue el primero en airear los trapos sucios. La semana pasada reconoció la existencia de una crisis. Durante las conversaciones posteriores a las elecciones del 1-M habían pactado, según Basagoiti, presentar una moción de censura para desbancar al PNV de la Diputación alavesa, donde gobierna en minoría. Pues bien, ahora Patxi López no da el paso al frente que Basagoiti esperaba. Es más, desde los despachos del PSE aseguran que no tienen intención de presentar dicha moción porque ese supuesto pacto es sólo supuesto.

El PP además de la Presidencia del Parlamento vasco quiere la Diputación alavesa. Al fin y al cabo, sin el voto de los populares Patxi López no habría podido nunca ser lehendakari, como recuerdan los populares estos días con bastante frecuencia; pero López se limita a decir que "no descarta" la moción lo que provoca aún más la irritación de los populares.

Es más, desde la sede popular de la calle Génova han dado el primer toque de atención. Rajoy asegura que se fía de López "mientras no tenga razones para no hacerlo". La semana pasada aprovechó un acto en Málaga para puntualizar que el acuerdo en Euskadi "es para cambiar las cosas". Un cambio que ya se deja notar en el País Vasco, fundamentalmente tras la muerte a manos de ETA del inspector de Policía Eduardo Puelles y la enérgica condena del lehendakari. Sin medias tintas.

Pero esta cara amarga del pacto, por el contrario, está endulzando la irritación y el enfado del PNV, que ha visto cómo después de tres décadas el bastón de mando de Ajuria Enea no lo lleva un nacionalista. Así, el presidente de la Ejecutiva, Íñigo Urkullu, defendió que la posible moción de censura lo que pretende es hacer "morder el polvo al PNV en lugar de presentar un plan de actuación en beneficio de los alaveses". Para Urkullu, que tampoco ha desaprovechado ninguna oportunidad para lanzar piedras contra socialistas y populares, esta situación evidencia que el acuerdo "es muy débil y está basado exclusivamente en lo simbólico y en querer hacer pagar al PNV lo que las urnas no han dicho".

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