Burguillos tiene una forma muy peculiar de rendir honores a la patrona de la localidad. Además de casi dos semanas llenas de actos, desde que comienza la novena y se celebra el pregón, el fin de semana alberga un hecho único en Andalucía ya que la Virgen procesiona tres veces en menos de 72 horas, tal y como afirma el hermano mayor Félix Pérez Godoy. A la salida de gala por las calles, con el paso recién restaurado por el talle de Abel y Justi Doradores, el domingo culmina con una romería. Las fiestas estaban acompañadas por la feria de octubre que se retiró hace unos años por motivos económicos ya que se celebra otra en el mes de mayo. Al foráneo le extraña leer procesiones, en plural, en los carteles de las fiestas patronales de Burguillos. No es hasta que se va avanzando en la lectura cuando se comprende el concepto. La fiesta ha ido evolucionando a lo largo de los años hasta el programa actual que arranca el jueves con el Rosario de la Aurora. El cortejo sale a las seis de la mañana con el Simpecado delante y acompañado desde los últimos años de una gran cantidad de jóvenes. El viernes se configura como el Día de la Virgen desde que se volviera a reorganizar el programa en 1977. La música de la banda Nuestra Señora del Valle, de la localidad, levanta a los vecinos con dianas a las ocho de la mañana avisando de que en dos horas exactas se celebra la función y la primera salida. La Virgen recorre las calles en una procesión matutina que finaliza a las tres de la tarde con la puja, momento en el que los hermanos pagan por entrar en el templo portando la vara del hermano mayor. Hasta 4.000 euros se han llegado a pagar en los años más próximos que recuerda Félix, dinero con el que se sufragan las fiestas. Lo que hasta ahora en cualquier otro lugar podría ser el punto y final al homenaje a una patrona, en Burguillos no es más que el principio. A las diez de la noche del mismo viernes, apenas unas horas después de que se recoja la Virgen, la patrona vuelve a salir a las calles en una procesión nocturna que se incorporó en el siglo pasado con un objetivo muy claro. Relata el hermano mayor que los vecinos trabajaban en el campo y no podían asistir por la mañana, siendo mayoritariamente mujeres las que acompañaban a la Virgen. Para que los hombres pudieran también ver a su patrona se comenzó a celebrar la segunda salida procesional que se recoge aún hoy en el programa bebiendo de la tradición. misa romera // El domingo por la mañana con las dianas de la banda, y desafiando a las leyes del sueño y el descanso, los burguilleros salen en romería hacia el paraje de la Madroña, a cuatro kilómetros del núcleo urbano, donde pasan un día de convivencia con Misa Romera y carreta de Simpecado. Una cita que fue instaurada en 1941 por el párroco de la época y que ha llegado a congregar a unas 5.000 personas de los municipios del alrededor, apunta Félix. La vuelta se inicia al caer la noche cuando llega la última sorpresa y uno de los momentos más esperados por los devotos. La Virgen del Rosario sale de nuevo a la calle para recibir a los romeros y encontrarse con el Simpecado a eso de las siete de la tarde. Cuando la fiesta estalla, afirma Félix ver llorar de la emoción a personas que lo vivían por primera vez. A la entrada, otra puja. El 7 de octubre es la onomástica del Rosario, devoción que se extendió en la provincia de Sevilla gracias a los dominicos en el siglo XV, y Burguillos pone el punto final a unos intensos días con una misa, un Rosario público y una ofrenda floral. Tres días que pasan volando para los fieles y que para el hermano mayor el pueblo no los vivirían con tanta intensidad si fueran de otra forma.