"¿Por qué la ordenanza antivandálica permite que unas ONG y asociaciones peguen sus carteles, pero no los anunciantes? Nosotros tenemos que captar a los clientes en la calle, y así nos quedamos sin sitio", se queja Antonio Tejada, distribuidor de publicidad, que busca la forma de recurrir la normativa municipal.
"Los pequeños empresarios no pueden pagar vallas ni grandes anuncios, sólo poner carteles en las calles, así captan a la mayoría de sus clientes. La nueva ordenanza sólo permitirá que los peguen las asociaciones sin ánimo de lucro, pero si es porque está feo, igual de feo estará un cartel que otro ¿no? Y nosotros vivimos de esto". Antonio Tejada y una decena de empresas que distribuyen o usan la publicidad más cotidiana, los pequeños carteles pegados a muros y lugares sin uso en plena calle, están decepcionados con la futura ordenanza.
El último borrador distingue entre la propaganda, que se permitirá en nombre de la libertad de expresión, y la publicidad comercial, pero Tejada no cree que tengan que "avergonzarse" de sus actividades. "Así sostenemos a nuestras familias", apostilla el empresario, que presentará un escrito ante el Consistorio y no descarta llegar "al Defensor del Pueblo o adonde haga falta para defender el negocio".
Estos distribuidores de publicidad reclamarán el uso compartido de las "columnas de libre expresión" que el Ayuntamiento se ha comprometido a crear para que otras entidades pongan en ellos su propaganda. El último borrador de la futura norma prevé que los anuncios se coloquen sólo en los sitios habilitados y autorizados expresamente, que en Sevilla a día de hoy no existen, o en lugares abandonados, que estarían exentos de multa.