La reestructuración que el hospital Virgen del Rocío está acometiendo en el centro hospitalario Duque del Infantado "afectará a la cobertura médica y menoscabará la atención de los pacientes". Eso es, al menos, lo que apuntaban los trabajadores del Duque que ayer se concentraron como protesta por los cambios que está sufriendo el centro.
Convocados por el Sindicato de Enfermería (SATSE), unos 60 profesionales criticaron ayer por "el cierre de 47 camas en el hospital" ya que, según defendía la secretaria provincial del sindicato, Josefa Botelló, "se van a dejar a muchos pacientes en espera en el Hospital General que no puede con todos los enfermos que nosotros teníamos aquí". Según planteaba las urgencias "ya están saturadas y ahora van a estar mucho peor".
Los trabajadores argumentaban que estos cambios, entre los que también se incluyen una reubicación del personal en el Virgen del Rocío, se han hecho "de un día para otro, sin contarnos nada. Muchos nos hemos enterado el mismo día que volvíamos de vacaciones". Así lo explicaba Araceli Ortega, una de las enfermeras afectadas, quien dudaba de que estos cambios no afecten a sus puestos y condiciones de trabajo: "Los que no somos fijos seguro que tendremos más inestabilidad".
Por su parte, el Virgen del Rocío argumenta que los cambios que se están produciendo responden a una reordenación, "que se hará para dar una mejor atención a los pacientes". Consistirá en el traslado de la asistencia del área de Medicina Interna del Duque del Infantado al Hospital General, con el fin de "hacer un centro donde se concentren la Cirugía Mayor Ambulatoria, la hospitalización domiciliaria y el Hospital de Día de Medicina Interna".
Según explican fuentes del centro: "Se van a ampliar además, de once a veinte las camas destinadas a Cuidados Paliativos y se guardarán dieciocho camas de reserva para cuando la ocupación del Virgen del Rocío así lo requiera".
