Vecinos de la calle Lumbreras se manifestarán esta tarde a las puertas del centro deportivo de la calle Crédito para denunciar que llevan un año aguantando ruidos "insoportables" de la depuradora de la piscina, que linda con sus pisos y provoca vibraciones en sus viviendas durante "las 24 horas del día".
Una veintena de afectados por los ruidos estará a las 18.30 horas de esta tarde ante las instalaciones con una pancarta en la que podrá leerse el lema No más tortura, y con folletos explicativos para repartir entre los asistentes. Quieren exigir que el concejal de Juventud y Deportes, Francisco Manuel Silva (IU), los reciba y atienda sus peticiones, según informó ayer un portavoz de los vecinos, Óscar Ceballos. Los residentes están indignados porque "el concejal acaba de decir públicamente que el problema está solucionado, cuando ahora los ruidos son más fuertes que nunca".
Ceballos recordó que las seis viviendas afectadas tienen el sistema de depuración "pegado literalmente a la pared de las casas", y encendido las 24 horas, excepto "estos días atrás que ha hecho más calor, el agua aguantaba con buena temperatura, y han accedido a apagarlo de doce de la noche a seis de la mañana". Pero con la bajada del termómetro que se espera a partir de mañana suponen que el mecanismo volverá a funcionar todo el día, porque ya les ha ocurrido otras veces.
El vecino recordó que tienen un informe de agosto del Instituto Municipal de Deportes en el que se detallan numerosos fallos en el sistema de aislamiento que deben solucionarse, "y que si esto fuera un bar obligarían a cerrarlo", pero temen que el distrito no quiera acometer las obras porque los sistemas de insonorización "son muy costosos". En el mismo sentido, alertó de numerosas irregularidades, como haber tenido "al menos ocho meses la piscina funcionando sin que la empresa hubiera entregado acta de recepción". Con todo, Ceballos lamentó sobre todo "la actitud del IMD, del distrito y del concejal, que nos ignoran y han dado orden de no atendernos ni darnos información", por lo que ven lejana una solución del problema. "Roza el fascismo", concluyó para calificar su actitud.
