Unas siete empresas optan a hacer la ampliación del tranvía hasta Viapol, 885 metros y una parada más. Una obra que se adjudicará en dos semanas, ya que la Consejería de Medio Ambiente, tras detectar algunos errores, ya ha dado el visto bueno al proyecto. Eso sí, con algunas condiciones.
La autorización ambiental de la Junta otorga diez días para revisar la documentación y presentar alegaciones. Después, en unas dos semanas, se adjudicará la obra, que costará cinco millones de euros sin IVA y durará ocho meses. La pagará el Estado, puesto que se incluye dentro del Plan 8.000 para paliar los efectos de la crisis en la construcción. Está en el límite de los plazos.
Eso sí, la denominada autorización ambiental unificada se limita al tramo entre el Prado y el apeadero de Renfe de San Bernardo, "excluyéndose el tramo San Bernardo-Santa Justa, al considerar que éste no cuenta con el preceptivo pronunciamiento de compatibilidad urbanística" requerido por ley. Esto es, para que el tranvía llegue a Santa Justa, el Ayuntamiento tendrá que presentar antes un plan especial, puesto que el proyecto no casa no lo previsto en el PGOU. De todas formas, la prolongación hasta Santa Justa no cuenta con el apoyo de IU, socio de Gobierno del PSOE, requiere una gran inversión, es complejo y afectaría al intenso tráfico de zonas como Ramón y Cajal, San Francisco Javier, Luis de Morales y Kansas City. Con todo, no tiene fecha.
Lo que sí está ya en marcha es la prolongación hasta Viapol, 885 metros y una parada más. Un tramo sencillo. Eso sí, los vecinos de Carlos V, Enramadilla y el entorno de Viapol seguirán sufriendo los efectos de las obras tras cuatro años de trabajos del Metro.
Según el informe medioambiental de la delegación provincial, con fecha del pasado día 28, el Ayuntamiento está obligado a presentar en tres meses un estudio del ruido para comprobar que las medidas adoptadas han sido las correctas y que no se superan los valores límite establecidos por ley. En base a los resultados de estas mediciones, Medio Ambiente podrá fijar medidas correctoras adicionales.
La delegación provincial detectó que la ampliación del Metrocentro hará que los niveles acústicos suban en zonas como la que abarca los números 13 y 15 de Carlos V (como ya publicó este periódico), sobre todo por el aumento del movimiento en las cocheras y la reordenación del tráfico, que pasará ahora más cerca de las viviendas. Por este motivo se puso dos veces en exposición pública.
Además, la Junta obliga al Ayuntamiento a redactar un estudio de tráfico que pueda valorar la incidencia del funcionamiento del tranvía por el recorrido propuesto y a garantizar que las instalaciones eléctricas no supondrán un riesgo para los cernícalos primilla (Falco naumanni). Para ello, cualquier elemento eléctrico no aislado deberá diseñarse al menos a un metro de donde se posan estas aves. En seis meses, el Consistorio tendrá que presentar en Medio Ambiente un informe al respecto.
La prolongación hasta Viapol supondrá la eliminación del bretelle (cruce de vías) del Prado de San Sebastián (que ya no será la última parada) y cambios en la señalización en el tramo Plaza Nueva-Catedral.
Según el informe de la Junta, la implantación de la plataforma tranviaria y su nueva parada conlleva la reurbanización de toda su sección transversal, al modificarse en gran medida el espacio destinado a la circulación rodada, los peatones y el carril bici.
El tranvía irá por la izquierda en el tramo desde Carlos V hasta Enramadilla y por el centro desde ahí hasta la parada delante del apeadero de Renfe.
Con la ampliación del Metrocentro, aunque sólo serán 885 metros, el Ayuntamiento tiene la esperanza de que se haga más factible la instalación de trenes que no requieran catenaria, al menos, en el tramo de la Catedral, tal y como prometió el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín. La empresa que fabrica los trenes, CAF, aún está probando la nueva tecnología.
