Rocío Velis
La estampa se repetía cada hora ayer por la tarde. Una enorme cola a las puertas de Santa Junta para esperar un taxi. Miles de personas de diversos puntos de Andalucía, pero sobre todo de Madrid, desembarcaban en el Real dispuestas a disfrutar como sevillanos de adopción.
"Como el del anuncio, vuelvo a casa por Navidad", decía ayer Alejandro, un sevillano que trabaja en Madrid y que ayer se plantaba en su tierra natal para no perderse la Feria de Abril "aunque sea el fin de semana", aprovechando que hay un AVE cada hora. Fue recibido por su familia en la estación de Santa Justa, y venían ataviados para irse al Real. "Vamos a soltar las maletas en casa y del tirón nos vamos a la Feria", exhalaban.
Menos humilde pero más original fue el recibimiento que tuvo Lucía, una joven sevillana que estudia en la castiza capital: su padre le había enviado nada menos que un coche de caballos para recogerla a su llegada. Los taxistas pusieron una carita... Bueno, menos lobos, que había turistas para dar y tomar.
Y por esto mismo, hubo pasajeros que se vieron obligados a esperar las larguísimas colas para poder tomar un taxi. Mari Pepa y Lucía venían preparadas "con la flor y los pendientes", pero se arrepentían de no haber echado el traje de gitana. "Como estaba el tiempo tan mal, no lo hemos cogido al final". Eso sí, estas dos malagueñas venían dispuestas "a pasarlo en grande con nuestros amigos".
A ver a unos amigos y a disfrutar de la fiesta venían otras dos madrileñas que esperaban pacientes en la cola. Eva y Carmen sí que venían con su traje preparadas. "Es importantísimo", decía la primera. Eso sí, han estado pendientes de la climatología toda la semana, al igual que Norma, una sevillana que trabaja en Madrid, que ante la duda casi se queda sin billete.
