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Economía

PSOE, UGT y CCOO piden al regulador que cierre la fusión

Arenas acusa a los socialistas de «cargarse» el sistema financiero

el 22 may 2010 / 22:00 h.

Manolo González, gerente del restaurante Infanta.

Cascada de reacciones y dos mensajes claros. Uno, el del PSOE que, al igual que los sindicatos UGT y CCOO, reclaman al Banco de España que culmine la fusión entre Cajasur y Unicaja y coinciden al echar las culpas a la Iglesia de la intervención de la entidad cordobesa. Y dos, el del PP, que carga contra la Junta de Andalucía.

En este tenso clima, el vicesecretario general del PSOE-A, Rafael Velasco, aseguró que los socialistas siguen apostando por la fusión entre las dos entidades andaluzas y confió en que el Banco de España siga estudiando la viabilidad de ese enlace, ya que "lo que ayer era bueno, hoy lo sigue siendo".

Velasco dijo no entender cómo "el que está enfermo [Cajasur] rechaza el oxígeno", que le iba a dar ese matrimonio con Unicaja y retó al ya ex presidente de la entidad cordobesa Santiago Gómez Sierra a comparecer para explicar públicamente los motivos por los que él mismo propuso al consejo acogerse al FROB.

Por el PP habló el presidente estatal de la formación, Mariano Rajoy, y el andaluz, Javier Arenas.

"Queremos que se diga ya lo que se va a hacer, si va a seguir la caja, si se va a vender, y que no ocurra como con la primera caja que se intervino en España, Caja Castilla-La Mancha, intervenida hace más de un año y todavía no se ha dado una solución definitiva", dijo Rajoy.

Arenas aseguró, por su parte, que los líderes del PSOE "se están cargando el sector financiero en Andalucía", como ya lo han hecho con el Estado del Bienestar, con el sector industrial y el mercado laboral.

Se preguntó, tras la intervención de Cajasur, "dónde está" ese proyecto de caja única del anterior presidente del Gobierno andaluz y vicepresidente tercero del Ejecutivo español, Manuel Chaves. Y a José Antonio Griñán, actual presidente autonómico, también le preguntó sobre las "cosas más importantes que tenía que hacer" en vez de trabajar para que prosperara la fusión.

Los protagonistas a los que se achaca la ruptura, Aspromonte y la Iglesia católica, se sacudieron las culpas. El primero rechazó la responsabilidad de la decisión del Banco de España y la atribuyó al resto de los sindicatos, mientras que la segunda dijo que la fusión con Unicaja no se podía firmar "a cualquier precio". No en vano, el el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, indicó que la entidad malagueña había dilatado el proceso, hasta que supervisor, "por el bien de todos, ha puesto un plazo, que ha expirado."

Desde los sindicatos, el secretario general de UGT-A, Manuel Pastrana, calificó de irresponsable la decisión tomada por parte del Cabildo de Córdoba y pidió al Banco de España que encuentre la fórmula más viable para mantener la mayor cifra de empleos posible en la entidad. Su homólogo en CCOO-A, Francisco Carbonero, lamentó la actitud "mezquina" de la Iglesia y reclamó al regulador que culmine el matrimonio con Unicaja.

Mientras, la patronal bancaria, AEB, renovó su "voto de confianza" al regulador, y la de las cajas, la CECA, recordó que la situación de la entidad cordobesa era "especial" y "exclusiva" y, de hecho, se encontraba en proceso de saneamiento -en el primer trimestre los resultados conjuntos ni siquiera incluían ya los de Cajasur para que no arrastraran a la baja la percepción del sector-.

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