La política nacional vuelve a enredar el día a día de los partidos en Andalucía. Ayer, el nuevo portavoz del PSOE en el Parlamento , Mario Jiménez, exigió al PP-A que no "mire para otro lado" y acuse a los socialistas de estar implicados en la Operación Poniente -que investiga delitos urbanísticos en El Ejido (Almería)- cuando lo que tiene que aclarar es la relación que existe entre su presidente, Javier Arenas, y el ex ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, "envuelto en el escándalo más importante desde el punto de vista político al que ha tenido que enfrentarse este país en los últimos años".
Jiménez defendió que el ex presidente balear ha sido "amigo íntimo y colaborador" de Arenas, que "continuamente" citaba a Matas como referente, "para pedir para Andalucía y para España lo mismo que estaba consiguiendo Matas en Baleares", por lo que entiende que "la situación jurídica de Matas [el fiscal anticorrupción le ha pedido tres millones de euros de fianza y le ha retirado el pasaporte por prevaricación y malversación de caudales públicos, entre otros delitos] perjudica gravemente la imagen y capacidad política" del líder de los populares andaluces.
A Jiménez le contestó su homóloga, la portavoz del PP en la Cámara autonómica, Esperanza Oña, quien calificó a Arenas de "político impecable", algo que, a su juicio, "no se puede afirmar de Manuel Chaves o José Antonio Griñán (ex presidente y presidente de la Junta, respectivamente), que estaban en el Gobierno cuando saltaron casos como el de Luis Roldán o los GAL y no dieron explicaciones".