En una ciudad acostumbrada a que los plazos de sus grandes proyectos se eternicen, el de la Zona Franca o se hace en dos años o no se hace. Así consta en la autorización para este depósito aduanero publicada ayer por el Boletín Oficial del Estado. Si el 31 de agosto de 2015 no se hubieran acometido las obras necesarias en su emplazamiento, los terrenos de Torrecuéllar anexos al Puerto de Sevilla, o no estuvieran presentados los estatutos del consorcio que ha de administrar este recinto fiscal, el permiso otorgado por el Ministerio de Hacienda caducaría. Dos años y, en medio, una batalla política no sólo con Cádiz, que teme la competencia sevillana, sino también entre los socialistas gaditanos e hispalenses, cuya unidad al respecto reventó ayer.
Contenedores en las instalaciones del Puerto de Sevilla. /. J. M. PAISANO (ATESE)
Ante el empeño desplegado por el alcalde, Juan Ignacio Zoido, no es previsible que aquel límite temporal se agote, pero ahí queda la advertencia registrada en el BOE se cumple un trámite administrativo más para que el proyecto, esta vez sí, comience a andar y hay que tenerla en cuenta a tenor de la existencia de relevantes dudas no despejadas, entre ellas quién asumirá el coste de la urbanización y el vallado de los suelos y si la Zona Franca será atractiva para la instalación de empresas en ausencia del dragado del Guadalquivir. Estas dudas, y la política añadida. Lo inmediato que se exige es la constitución de ese consorcio, que estará compuesto por representantes del Ministerio de Hacienda, el Ayuntamiento y el Puerto de Sevilla. Una vez concebido, aprobados sus estatutos y su régimen de funcionamiento, habrá de acometerse la adaptación de los 719.876 metros cuadrados de Torrecuéllar. La entrada en funcionamiento debe quedar condicionada a la ejecución de las obras para el cierre y acondicionamiento de las instalaciones.
En su justificación de motivos, Hacienda sostiene que esta especie de depósito aduanero con ventajas fiscales para las compañías allí instaladas será un elemento sustancial para potenciar el desarrollo económico de Sevilla, máxime cuando el río hasta la capital y el recinto portuario han sido incluidos en las Redes Transeuropeas de Transporte, aprobadas por la Comisión Europea y, por tanto, con prioridad a la hora de ejecutar obras.
Es muy estricta la legislación de las zonas francas una especie de depósito aduanero libre de impuestos hasta que se produce la salida o comercialización de los productos que se fabrican en estos recintos vallados o se llevan temporalmente a éstos. Registro exhaustivo de entradas (que gozan de devolución o condonación de los derechos de importación) y salidas (hay derecho al pago anticipado de las llamadas restituciones a la exportación, que son ayudas europeas a la venta exterior de productos agrarios).
Salvo para las mercancías agrícolas y ganaderas que se beneficien de subvenciones comunitarias para su comercialización internacional, el plazo de permanencia de las mercancías no tendrá límite.
La normativa especifica que la cerca que delimite la Zona Franca deberá ser de características tales que facilite a las autoridades aduaneras la vigilancia del exterior y excluya toda posibilidad de que las mercancías se saquen de ésta irregularmente. Como depósito aduanero que será, las empresas que se instalen deberán justificar que gran parte de su actividad se destina a los mercados mundiales.
Todos contra todos. // Tras la publicación en el BOE, batalla política campal. El PSOE de Cádiz acusó a la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez (PP), de ser cómplice de que la Zona Franca de Sevilla sea una realidad, y cuyo único objetivo es es arrebatar negocio al Consorcio gaditano. Teófila Martínez se ha limitado a dejar que el asunto se pudriera; ese proyecto (sevillano) pudo y debió ser frenado mucho antes; y debe plantarse ante el Gobierno central y ante su propio partido en contra de la creación de una Zona Franca en Sevilla. Quien habló: el portavoz del Grupo Municipal Socialista y secretario general del PSOE de Cádiz, Francisco González.
Sus palabras sorprendieron, ya que, hace sólo doce días, González y su homólogo en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas, escenificaban la unidad en torno a un proyecto común donde ambas zonas se complementasen y frente a los dardos continuos entre Martínez y Zoido. Ahora, guerra por partida doble. Todos contra todos.
