Marc Soustrot.
Con anterioridad, el nombre de Marc Soustrot ha sido barajado para asumir la dirección de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS). Ahora, en pleno proceso de selección, su batuta vuelve a la primera plana. Es uno de los maestros invitados más queridos por el público, la orquesta y la crítica. Sea elegido o no, el francés esgrime su deseo de continuar trabajando en el coliseo del Paseo Colón.
¿Cómo resumiría su experiencia con la Sinfónica de Sevilla y su trabajo en el Maestranza? He dirigido conciertos y ópera en la ciudad desde 1999. En todos estos años he estado al frente de diversas producciones líricas y habré dirigido una treintena de programas. En total, hablamos de una colaboración continuada de 15 años que nos ha permitido abordar un repertorio enorme: dos Wagner (Lohengrin y La Walkiria), Pelleas y Melisande, de Debussy, De los cañones a las estrellas de Messiaen... La Sinfónica de Sevilla tiene un nivel excelente y creo que los resultados artísticos han estado a la altura. Además, como es lógico, siento una complicidad con los profesores de la misma, algo lógico después de todo este tiempo. Creo también que podría hacer un buen trabajo en el Maestranza, conozco muy bien ese quehacer, pues fui director general musical de Bonn entre 1996 y 2003.
¿Cuál cree que es el principal valor añadido de este teatro? Su equipo es enormemente eficaz y, técnicamente, es de primer nivel. Ydado que no es un coliseo demasiado grande hay una gran flexibilidad a la hora de trabajar sobre unos programas y otros. Es, ante todo, un teatro de ópera eficiente capaz de ser de primera línea.
¿Cree que ambas instituciones han alcanzado la proyección internacional a la que deben aspirar? Creo tener el conocimiento suficiente sobre el Maestranza como para afirmar que esa proyección de la que habla se ha logrado y hay que mantenerla. El teatro y su orquesta son conocidos en toda Europa por la calidad de sus propuestas. Y cuando, por ejemplo, trabajé en las óperas de Wagner, lo hice con un elenco de cantantes alemanes a la altura de cualquier gran teatro germano; lo cual dice mucho a favor del alto nivel de las apuestas que se hacen.
¿Qué aportaría usted en el caso de ser elegido como director artístico? Podré imprimir mi personalidad y aportaré la gran experiencia que atesoro después de 40 años trabajando en todo el mundo. Desde que en 1974 fui nombrado director asistente en la Orquesta Sinfónica de Londrés, ciudad en la que obtuve un prestigioso galardón, he sido director titular de dos casas de ópera y cinco orquestas.
¿Cuáles serían las principales líneas programativas en las que le gustaría profundizar? Es pronto para responderle a esa pregunta porque su respuesta está condicionada a conocer con mayor exactitud los presupuestos con los que contamos. En todo caso, el público puede tener por seguro que, tomando el testigo de Pedro Halffter, seguiré una línea basada en la programación de calidad y en la originalidad de las propuestas; dos aspectos que siempre ha procurado cuidar el Maestranza. Por supuesto, creo que es vital atender a los intérpretes andaluces e invitar al teatro a la generación más joven que ya está ganando premios internacionales. En cuanto a las producciones, las buscaremos siempre de primer nivel, propiciando las coproducciones y buscando amortizar las que son del propio teatro.
