Cultura

Puerta grande para Padilla en una gloriosa reaparición

El diestro jerezano regresó a la arena en Olivenza, cinco meses después de su dramática cogida

el 04 mar 2012 / 20:22 h.

Juan José Padilla, en su regreso en la plaza de Olivenza.
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Imagen histórica ayer en Olivenza (Badajoz), al término de la cuarta y última corrida de la Feria: Adolfo Suárez corre a izar en hombros a Juan José Padilla, absoluto triunfador de la tarde; se le suma El Juli, Talavante, Barrera, Serafín y otros muchos toreros y aficionados que desbordan el coso para abrir la Puerta grande. Así fue una de las reapariciones más espectaculares que se recuerdan en los últimos años, tanto por el buen hacer sobre la arena como por la carga dramática que le precedía, aquella cogida en Zaragoza que arrebató al jerezano la visión de un ojo y le produjo serias lesiones, de las que aún no está completamente recuperado.

La localidad de Olivenza tributó a Padilla el recibimiento que se reserva a los héroes, colmado de sensibilidad. Fue tremenda la carga de emoción desde que irrumpió en la plaza el diestro, luciendo con altivez un llamativo parche en el ojo.

En pie el cónclave, el paseíllo largo y cadencioso, con música de fondo pero sobre todo acompañado con gritos de torero, torero. Fue invitado a saludar desde el tercio y al saludar la carga emotiva se acrecentó. Se fundió en un abrazo con sus compañeros y después volvió el Padilla de siempre. La corrida de Cuvillo no acabó de ayudar, pero al menos permitió la salida en triunfo del protagonista y algunos chispazos de sus compañeros de terna, según informa la web especializada mundotoro.com.

Vistoso con el capote, el mismo con los palos, brindó a los doctores Valcarreres y García Perla, el toro del regreso, pero el único que no se enteró que hoy era día de homenaje fue el animal, que poco ayudó. Sin embargo, Padilla recetó algunos muletazos con mucho gusto. Volvió el espectáculo con el cuarto, el mejor del envío, con el que Padilla volvió a ser el vendaval. Lo saludó con una larga cambiada y compartió banderillas con Morante y Manzanares.

Los tres la armaron en el segundo tercio. Excelente par de Morante, muy bueno el de José María y espectacular el del jerezano, que brindó a su padre para protagonizar una faena vibrante, amenizada con varios cantes flamencos espontáneos, en la que se abandonó en algunos muletazos.

También Morante cortó una oreja del segundo. El sevillano brindó a Padilla la lidia del animal, toro con calidad al que el de La Puebla fue desgranando muletazos muy morantistas que llegaron mucho a los tendidos. Los mejores momentos llegaron con la zurda. El quinto en cambio no colaboró y el sevillano optó por abreviar.

Manzanares cortó otra oreja al tercero bis, toro rebrincado al que el alicantino consiguió empujar sobre todo por el lado derecho. Sin embargo lo más destacado de su labor, que también brindó a Padilla, fue una gran estocada en la suerte de recibir, por sí sola merecedora de premio. Con el sexto no pudo redondear.

A título anecdótico, cabe señalar que el padre del Ciclón de Jerez, Pepe Padilla, sufrió un desmayo durante la faena, debido a una bajada de tensión.

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