Mientras no tengamos el don de la ubicuidad, ¿qué sentido tiene programar decenas de conciertos en dos días más allá que el de festejar una efeméride? Es lo que ha pasado el fin de semana. El público, hoy lunes, se pregunta: "¿Y ahora qué?
Un verano más, a los que sufren Sevilla en verano les entra la sempiterna duda: "¿Podremos hacer algo más por las noches que irnos de cabrillas y cañas por los mil y un bares de la ciudad o deberemos sucumbir al DVD en casa, con aire acondicionado, y esperar persignados el crujido de Sevillana Endesa a principios de mes?". La pregunta procede por lo que acabamos de degustar este fin de semana de conciertos por doquier, y casi todos gratis. La oferta apabullaba.
Nunca antes (si acaso en la Expo) Sevilla se había erigido en distrito musical como este fin de semana. Por haber, ayer hubo hasta un concierto de repique de campanas de la Giralda. Lo más de lo más. Y flamenco, y nostalgia de los Beatles en la estación del Metro del Prado de San Sebastián, y más todavía de Curro en el lago de Isla Mágica, donde a eso de las 22.30 comenzaba un espectáculo multimedia que seguro que provocó algún pellizco en la memoria de más de uno.
Bien, se trataba de festejar con un concentrado de conciertos el Día Europeo de la Música, y a fe que se logró, aunque debería tomarse nota para el próximo año y, por qué no, ampliar la efeméride a toda la semana previa al verano, evitando conciertos de similares estilos a las mismas horas y en diversos sitios. Y, por favor, dejándolos para la tarde-noche si es que son al aire libre, que a más de uno por poco no le da una lipotimia.
Y volvemos al principio. Se acabó el Día de la Música: ¿y ahora qué? Bueno, años más tristes (y no lejanos) ha padecido esta ciudad en verano. Esta ocasión toca Festival de Danza de Itálica, el día 1 de julio arrancan los esperados conciertos de Las Noches en los Jardines del Real Alcázar, en el Palacio de la Buhaira hace ya días que bulle la cultura gracias al arrojo de teatreros y programadores de la tierra; Bécquer resucita cada noche en la Facultad de Bellas Artes, y el Olímpico se prepara para Depeche Mode (12 de julio) y Bruce Springsteen (28 de julio). Casi nada...