Resistirán porque aman. Lo harán porque sus familiares les necesitan. Aguantarán el chaparrón económico, pese a que es una de las cosas más criticadas, porque ante todo son cuidadoras. Una figura que ayer recibió un merecido homenaje en el Teatro Municipal de Olivares con motivo del Día provincial de las Personas Cuidadoras y que rezaba el lema Resistiremos: Ellos te siguen necesitando. Un total de 16 municipios de las provincias de Sevilla y Huelva se citaron ayer en este municipio del Aljarafe para celebrar y reinvindicar la labor que hacen las personas cuidadoras la mayoría de ella mujeres de personas dependientes.
Mujeres que ayer solo pedían una cosa: apoyo institucional. «No pedimos limosna», sostuvo con contundencia Manoli Serrano. Esta madre, cuidadora desde que nació de su hija con autismo, insistió en que la intención sin medios «no es válida». Por ello, tanto Serrano como todas las mujeres, alcaldes y agentes sociales que subieron ayer al atril para agradecer el homenaje que se les daba insistieron en una cosa: la Ley de Dependencia es una derecho que ha puesto a España en la vanguardia de los servicios sociales, por lo que no se puede perder con la excusa de la crisis.
La tarde de ayer sirvió para visualizar la labor de las personas cuidadoras. En este sentido, el alcalde de Olivares, Isidoro Ramos, subrayó la «labor encomiable y desinteresada de todas las cuidadoras», un trabajo que el municipio ha querido reconocer con la inauguración de un parque con el nombre De las Personas Cuidadoras.
Pero ayer no se homenajeó a las personas cuidadoras solo por su labor, sino también para que sintieran el apoyo de la sociedad. La soledad y el estrés son algunas de las consecuencias de cuidar a una persona que lo necesita, por ello,
Valores como la ayuda mutua, la solidaridad y las redes de apoyo se citaron ayer en Olivares. Estrellas, las denominó la directora general de Derechos de la Ciudadanía, Participación y Voluntariado de la Junta de Andalucía, Manuela Fernández. «Compartís lo que tenéis y os transformáis al mismo tiempo, y hacéis que la noche sea más bonita y más brillante», sostuvo. Estrellas que recibieron ayer de mano de sus alcaldes y responsables del área de Servicios Sociales de sus municipios una placa conmemorativa por la labor que ejercen a diario. Un homenaje que fue especial para Esperanza González, cuidadora de Olivares que recibió el respeto de su familia «por afrontar con cariño y apoyándose en su familia» todos los obstáculos que le pone la vida.
Lejos de la visión sacrificada, falta de tiempo libre, las cuidadoras quieren que se les vea como personas que comparten, disfrutan y se enriquecen cuando cuidan y apoyan a sus familiares. Un objetivo que quisieron reflejar todas estas personas en un manifiesto. «Me siento orgullosa de ser una persona cuidadora aunque no ejerza mi vocación», subrayó ayer María Gracia González. Héroes anómimos, se denominaron ayer: médicos, enfermeros, fisioterapeutas, psicólogos e incluso peluqueros y electricistas. Administradores de dinero con el fin de conseguir una cosa: «El mayor beneficio con el menor coste», reza dicho manifiesto. En definitiva, las personas cuidadoras lo hacen por la simple razón de que aman. Un manifiesto que recogía la vida de mujeres como Isabel Flores y María Dolores Romero, entre todas las que ayer fueron las protagonistas. También estuvo presente la figura del trabajador social. La representante del Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Sevilla, Rocío Cáceres, insistió en la promoción del cambio social que estos profesionales hacen por incrementar el bienestar, «un hecho que se está poniendo en peligro con las últimas legislaciones». Pero Cáceres sobre todo resaltó el trabajo de las cuidadoras: «Donde hay una trabajadora social debe de haber una cuidadora, ya que siempre es más efectivo trabajar con herramientas como un beso, un abrazo o una sonrisa». Por ello, insistió en la necesidad de luchar unidos por el bienestar.
«Gracias por todos los momentos que hemos compartidos, momentos llenos de sentimientos, pensamiento, sueños y anhelos de secretos, risas y lágrimas y sobre todo por tu cercanía. Cada preciado segundo quedará atesorado eternamente en mi corazón. Gracias por dedicarme tiempo; tiempo para demostrar tu preocupación por mí», así recitaba Juan José García aquellas palabras que Enrique Aguiló quiso que quedaran grabadas antes de fallecer como agradecimiento a todas aquellas cuidadoras que dedican su vida a mejorar la de las personas dependientes.
