Quarti Toni son seis voces que se han sumado para ofrecer una propuesta novedosa e insólita en nuestro panorama. Partiendo del desenfado y de una simpática puesta escénica, se dedican a recrear a capela música vocal antigua y contemporánea.
En esta su definitiva puesta de largo nos regalaron un programa en el que recorrieron polifonía renacentista, barroco temprano y pop actual.
Aunque el género ha conocido notables éxitos con gente como Bobby McFerrin, The Flying Pickets o Keith Lancaster, no acaba de implantarse en nuestro país, por lo que la oferta de Quarti Toni se revela fresca y original, a lo que el conjunto añade mucho desparpajo, gracia y buen gusto.
No pretenden recreaciones rigurosas pero sí rescatar tesoros poco transitados, graciosísimas e ingeniosas composiciones del Renacimiento francés y nostálgicas baladas del barroco inglés.
Menos se ajustan a su particular estilo los madrigales de Monteverdi, pero triunfaron con Nina Simone y Los Beatles, incluida una evocadora versión años 30 de Honey Pie que Luis García entonó al más puro estilo Manhattan Transfer.
Aunque cada voz tiene asignada una tesitura, a la hora de cantar combinan todas las posibles, sin fronteras ni limitaciones, acertando la preciosa voz estilo Bobby Vinton de Alberto Barea, los acordes del coro, el ritmo marcado del bajo, la percusión vocal y el contrapunto, pero fallando en armonía, algo que deberán trabajar para convertirse en un grupo puntero en el género.
Puede que no fuera Perfect, como el tema de Fairground Attraction con el que abrieron el show, pero salimos realmente encantados.
