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¡Que alguien arregle esto!

El equipo de Scott Roth vuelve a perder, en esta ocasión frente a La Bruixa d'Or Manresa (72-80). Su situación se complica en exceso.

el 30 dic 2014 / 22:25 h.

Los jugadores del Baloncesto Sevilla y de La Bruixa d’Or Manresa luchan por el balón. / Foto: Inma Flores. Los jugadores del Baloncesto Sevilla y de La Bruixa d’Or Manresa luchan por el balón. / Foto: Inma Flores. El CB Sevilla volvió a caer.  Esta vez, en San Pablo. La Bruixa d’Or Manresa -tampoco andaba para muchos trotes- dio un giro de tuerca más a la ya de por sí delicada situación del conjunto sevillano, que luchó siempre pero terminó claudicando en un reñido choque, decidido en su recta final. El adiós a 2014 debe suponer también el adiós a este mal momento que ha empujado al equipo de Scott Roth al pozo de la clasificación. Soltar los nervios estando en la zona baja no es fácil y quizá eso fue la razón del inquietante inicio de partido del equipo de Scott Roth. El 0-7 inicial obligó a apretar los dientes aún más si cabe. Oriola, en el quinteto inicial junto a Woodside, Berni, Urtasun y Willy, tuvo que sentarse a los dos minutos con dos faltas. Porzingis, que veía el panorama desde el banquillo, se desperezó, engrasó brazos y piernas y sacó a pasear su repertorio de recursos: un tapón (con dos manos), un triple, dos rebotes y, sobre todo, mucha intimidación. La Bruixa d’Or daba guerra con los puntos de Fotu y Grimau, aunque todo cambió a raíz del efecto Porzingis. Willy entró en acción y, sobre todo, apareció Álex Urtasun. Quince puntos al cierre del primer cuarto -ahí es nada- permitieron al CB Sevilla dar la vuelta al marcador y poner un 25-20. Woodside elevó la diferencia hasta los nueve puntos (39-30, minuto 16), aunque sobra decir que este CB Sevilla no anda sobrado más allá de su orgullo, porque tener, tiene. Pero esto, desgraciadamente, no da de comer y hubo que multiplicarse para pelear la victoria, entre otras cosas porque el efecto Porzingis se diluyó (3 puntos y 2 rebotes al descanso). De joven promesa se paso a joven promesa: Marius Grigonis, un alero de 20 años y 1,98  formado en las categorías inferiores del Zalgiris e internacional en todas las categorías, inició su recital: 15 puntos antes del paso por vestuarios, todos ellos anotados desde la línea de tres (9/14 por entonces para su equipo). El lituano terminaría con 18. Tanto el CB Sevilla como el Manresa se encomendaban al tiro exterior para romper la igualdad (44-42 en el descanso). El dominio local fue tan efímero que se plantó en el último cuarto por detrás (62-64). Su tercer periodo discurrió por la misma línea de los anteriores: muchas ganas pero carencias como la inferioridad en el rebote (19 por 25 entonces), pese que Urtasun y Willy intentaban tirar del carro con sus 21 y 12 puntos, respectivamente. Sin embargo, la fragilidad de este equipo y la presión pesan demasiado. White y Grimau (15 puntos cada uno) tiraron de oficio y acabaron por cortar las alas al conjunto sevillano. Orgullo tiene; mimbres, los justos, por desgracia. Además, hay que explotar lo que hay. Porzingis, 4 puntos y 4 rebotes. Algo falla. Ficha técnica: 72 - Baloncesto Sevilla (25+19+18+10): Woodside (14), Berni Rodríguez (2), Urtasun (21), Oriola (7), Hernangómez (14) -quinteto inicial-, Byars (3), Porzingis (4), Radicevic (3), Balvin (2) y Thames (2). 80 - Bruixa d'Or Manresa (20+22+22+16): White (15), Marc García (-), Grimau (15), Fotu (10), Rizvic (8) -quinteto inicial-, Haritopoulos (4), Dewar (6), Grigonis (18), Hernández (4) y Sakic (-). Árbitros: Arteaga, Sánchez Monserrat y Serrano. Eliminaron por cinco faltas personales al visitantes White (min. 40) y al local Woodside (min. 40). Incidencias: Partido de la decimocuarta jornada de la Liga Endesa celebrado en palacio de los deportes municipal San Pablo. Alrededor de 2.200 espectadores.

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